El Estado francés, al borde de la crisis política y económica

El primer ministro Michel Barnier enfrenta una moción de censura donde la izquierda y Le Pen podrían coincidir, mientras los inversores temen una crisis de deuda.

Michel Barnier, primer ministro del Estado francés.

El primer ministro francés, Michel Barnier, ha desatado una tormenta política este lunes al activar el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto de la Seguridad Social sin someterlo a votación en el Parlamento. La decisión, destinada a evitar el bloqueo legislativo, ha sido calificada por la oposición como un acto “antidemocrático” y ha desencadenado una moción de censura que podría votarse este miércoles. Según Reuters, Barnier justificó esta medida alegando la “urgencia” de mantener la estabilidad financiera de la República, pero su gabinete, que carece de mayoría parlamentaria, enfrenta ahora una amenaza real de destitución.

La moción, impulsada por la coalición de izquierda, podría prosperar si la Agrupación Nacional (RN), liderada por Marine Le Pen, suma sus votos. Le Pen, quien ha criticado duramente al gobierno por ignorar a su partido, ha insinuado que apoyará la moción si Barnier no cede a sus demandas. Entre las concesiones ofrecidas por el primer ministro se encuentran la congelación de tarifas eléctricas y la eliminación de ciertas subvenciones médicas, pero Jordan Bardella, presidente de RN, ha insistido en que estas medidas son insuficientes. Según medios como RTL y AFP, si Barnier es destituido, su mandato sería el más breve en la historia de la V República, fundada en 1958.

La crisis política ya se siente en los mercados. El Financial Times informa que el lunes las acciones han caído en el Estado francés y el euro se ha depreciado un 0,9 %, situándose en 1,048 dólares, muestra de la creciente desconfianza de los inversores. La portavoz del gobierno, Maud Bregeon, ha reiterado que Barnier “sigue abierto al diálogo”, pero la incertidumbre sobre el futuro del Ejecutivo ha generado temores de un escenario similar al de la crisis de deuda griega. Si la moción de censura prospera, París podría enfrentarse no solo a un colapso gubernamental, sino también a un periodo de inestabilidad política y económica que pondría a prueba la capacidad de gestión del presidente Emmanuel Macron y su coalición.