Los lazos entre China y Arabia Saudita se están diversificando más allá del comercio de petróleo, impulsados por el creciente interés del reino por la tecnología “verde”, lo que ha resultado en un aumento significativo de las exportaciones e inversiones chinas. Según datos que recoge Financial Times del gobierno chino, las exportaciones de China a Arabia Saudita alcanzaron los 40,2 mil millones de dólares en los primeros 10 meses de 2024, un aumento respecto a los 34,9 mil millones del mismo período en 2023. Además, China se ha convertido en la principal fuente de inversión extranjera directa en Arabia Saudita, con un total de 21,6 mil millones de dólares invertidos desde 2021 hasta octubre de 2024. Alrededor de un tercio de esta inversión ha sido destinada a tecnologías supuestamente “limpias”, como baterías, energía solar y eólica.
Este cambio marca una transición notable: China está superando a los tradicionales socios comerciales de Arabia Saudita, como Estados Unidos y el Estado francés, en cuanto a inversiones, especialmente en el sector de la energía “renovable”. El informe de fDi Markets resalta que las inversiones chinas en Arabia Saudita están enfocadas en sectores estratégicos para el reino de los Saud, alineándose con su visión de “modernización”, conocida como Visión 2030, que busca “diversificar la economía y transitar hacia fuentes de energía más limpias”. Según Camille Lons, experta en China y Medio Oriente, este cambio refleja “una estrategia deliberada de Arabia Saudita para reducir su dependencia de los Estados Unidos y fortalecer su relación con China como una potencia intermedia”.
El fortalecimiento de estos lazos también ha sido impulsado por los esfuerzos diplomáticos de alto nivel, incluidos los encuentros entre el presidente chino Xi Jinping y el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman en 2022. Esta cooperación económica y política ha permitido que la relación sino-saudita se diversifique rápidamente, abriendo nuevas oportunidades de negocio en sectores como la energía “renovable” y la petroquímica. Recientemente, Saudi Aramco amplió sus asociaciones con empresas petroquímicas chinas y el fondo soberano saudí PIF anunció planes para establecer una zona económica especial con empresas chinas en el aeropuerto internacional King Salman de Riad. Esta intensificación de la cooperación podría incluso permitir una mayor integración de los sistemas financieros de ambos países, con el gobierno chino promoviendo el uso de la moneda renminbi en los intercambios internacionales de petróleo, aunque la adopción significativa aún parece lejana.
Este giro hacia una cooperación más amplia refleja la creciente alineación de los intereses de ambos países, que, según indican analistas en Financial Times, “podrían ir más allá del comercio de petróleo para incluir sectores industriales clave”.