La jornada de este jueves se ha caracterizado por un amplio movimiento de huelga en la función pública francesa, en protesta por la degradación de las condiciones de trabajo y la baja remuneración que atraviesan los empleados públicos. Según cifras del Ministerio de Educación francés, un 31,32% de los docentes han cesado su actividad laboral este jueves. La huelga afecta principalmente a los niveles educativos inferiores, con un 40,07% de docentes del primer ciclo (educación infantil y primaria) sumándose a la protesta, mientras que el segundo ciclo (colegios y liceos) registra un 23,47%. Los sindicatos, en cambio, señalan un número aún mayor de participantes, con hasta un 65% de huelguistas en el primer ciclo y un 54% en el segundo, según reportes del FSU-SNUipp (Sindicato Nacional Unitario de Maestros, Profesores de Escuelas y Profesores de Secundaria dentro de la Federación Sindical Unitaria en Francia).
Esta jornada de huelga se enmarca en un contexto tenso, debido a la reciente caída del gobierno de Michel Barnier y las medidas anunciadas en octubre por el Ejecutivo saliente, encabezado por el ministro Guillaume Kasbarian. Dichas medidas incluyen un plan para “luchar contra el absentismo laboral” de los funcionarios, con el objetivo de ahorrar 1,2 mil millones de euros. Estas decisiones han intensificado las fricciones entre los sindicatos y el gobierno, lo que culminó en una ruptura de las negociaciones que llevaba fraguándose desde verano.
El gobierno justifica su plan de ahorro como “una necesidad para reducir el déficit público”, que se espera que alcance un 6,1% del PIB en 2024, con la meta de reducirlo al 5% en 2025. A lo largo de la jornada, se han llevado a cabo varias manifestaciones en todo el Estado francés, destacando la concentración de la intersindical en París, cerca del Ministerio de Economía y Finanzas.