En noviembre de 2024, la inflación en Estados Unidos aumentó al 2.7%, tal como se esperaba entre los analistas de mercados, lo que ha generado expectativas de que la Reserva Federal (Fed) podría reducir sus tasas de interés en su próxima reunión. Según los datos del gobierno de EEUU, los precios subieron un 0.3% en comparación con octubre, con una ligera aceleración en la inflación. Aunque el aumento es pequeño, es suficiente para que los analistas anticipen que la Fed podría tomar medidas para bajar las tasas, lo que influiría en los costos de los préstamos para los consumidores y empresas.
Los analistas de mercados están casi seguros (con una probabilidad del 98%) de que la Fed reducirá las tasas en 0.25 puntos, lo que las llevaría, según Financial Times, a un rango de entre 4.25% y 4.5%. Esto, aunque aparentemente abarataría los préstamos e impulsaría el consumo, la Fed se enfrenta al reto de equilibrar la inflación y un mercado laboral fuerte. El futuro de las tasas de interés después de este recorte sigue siendo incierto, ya que las autoridades deben tener cuidado de no actuar demasiado rápido y arriesgarse a una alta inflación nuevamente.
El aumento de la inflación también se produce en un momento de incertidumbre política en EEUU, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Algunos economistas, como David Kelly de JPMorgan, creen que la Fed “tiene espacio para ajustar las tasas de manera más moderada en los próximos años”. Mientras tanto, los inversores de los mercados bursátiles han reaccionado con importantes subidas en los índices principales, mientras los rendimientos de los bonos del gobierno han bajado ligeramente.