El ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, se reunió el domingo en Damasco con Mohammed al-Joulani, líder de facto de Siria y jefe del grupo salafista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), aún considerado grupo terrorista por EEUU y la Unión Europea. El primer encuentro de alto nivel tras la caída de Bashar Al-Assad, se produce dos semanas después de que Al-Joulani asumiera el poder, y abordó la situación política y económica de Siria, así como “la necesidad de levantar las sanciones internacionales”, según reporta Al Jazeera. Al-Joulani pidió a la comunidad internacional “actuar con rapidez”, afirmando que “las sanciones impuestas desde la década de 1970 ya no tienen justificación”.
Ambos líderes discutieron la redacción de una nueva Constitución “que proteja a las minorías del país”, es decir, cristianos, kurdos, alauitas y drusos, que no comparten las creencias de los salafistas que han llegado al poder. Además, trataron temas como la situación de los refugiados sirios, las incursiones de del Estado de Israel en territorio sirio y el enfrentamiento con las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas. La visita de Fidan se produce en medio de combates en el noreste de Siria entre fuerzas respaldadas por Turquía y el YPG, sobre el que Ankara prevé una gran ofensiva.
El encuentro también contó con la presencia del líder druso libanés Walid Jumblatt, quien expresó su apoyo a la nueva administración siria y destacó “la importancia de proteger a las minorías”. Al-Joulani aseguró que la nueva administración, heredera directa de Al Qaeda, “trabajará para garantizar la representación equitativa de todos los grupos religiosos y étnicos”. Fidan reafirmó que “Turquía seguirá colaborando con Siria para mantener la estabilidad y facilitar el retorno de los refugiados”.