En una entrevista publicada este 26 de diciembre de 2024 en El Mundo, el académico John Mearsheimer, conocido por sus posiciones de la escuela realista en relaciones internacionales, explica que la guerra en Ucrania se originó “por la falta de disposición de Occidente a negociar con Rusia”. Según Mearsheimer, Estados Unidos y sus aliados europeos creían que podían ganar la guerra, lo que les llevó a ignorar las advertencias rusas sobre la expansión de la OTAN hacia sus fronteras. El académico afirmó que esta percepción errónea de invulnerabilidad “impidió que se buscaran soluciones diplomáticas, lo que precipitó la invasión rusa”.
Mearsheimer también reflexiona sobre el papel de Ucrania en el conflicto, señalando que la decisión de entregar su arsenal nuclear a Rusia en 1994, aunque lógica en términos de reducción de armamento, “debilitó la capacidad disuasoria del país frente a una posible agresión”. A su juicio, si Ucrania hubiera mantenido sus armas nucleares, podría haber evitado la guerra de 2014, aunque reconoció que la situación en Crimea “habría sido difícil de prevenir incluso con esa disuasión”. El académico señala que, antes de la guerra de 2022, “ya existían negociaciones entre Ucrania y Rusia”, pero fueron interrumpidas por la presión de Estados Unidos y el Reino Unido, cerrando la puerta a una resolución pacífica.
El análisis de Mearsheimer también critica la postura de Occidente en la guerra, sugiriendo que las potencias occidentales “no comprendieron la seriedad de las amenazas de Rusia y sobreestimaron su propia capacidad para imponerse”. Aunque Mearsheimer reconoce que Rusia “tiene una historia de intervenciones militares”, advirte que la expansión de la OTAN hacia Ucrania y otros países de Europa del Este ha sido “un factor fundamental” que desencadenó la crisis. A pesar de las dificultades de la negociación con Rusia, Mearsheimer subraya “la importancia de reconocer las preocupaciones legítimas de las potencias en la política internacional para evitar futuros conflictos”.