El Banco Popular de China (PBoC) está preparando una importante reestructuración de su política monetaria para 2025, con planes de reducir las tasas de interés desde el 1,5% actual. Este ajuste se enmarca en una transición hacia un enfoque más tradicional, alineado con los de bancos centrales como la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), según recoge el Financial Times de fuentes del PBoC. La nueva estrategia priorizaría los “ajustes de tasas de interés” y pondría fin a los “objetivos cuantitativos” para el crecimiento de los préstamos, que han sido una característica clave de la política económica china durante las últimas décadas.
El PBoC, a diferencia de otros bancos centrales, ha utilizado durante años una serie de tasas de interés y directrices no oficiales para guiar el crecimiento del crédito, especialmente hacia sectores como la manufactura, la tecnología y la propiedad. Sin embargo, con una caída de la demanda de crédito debido a una desaceleración prolongada en el mercado inmobiliario y el temor de que los objetivos de crecimiento de crédito puedan fomentar préstamos arriesgados, el banco central considera que una reforma es urgente. Según Richard Xu, analista financiero de Morgan Stanley, “la reforma de las tasas probablemente será el verdadero enfoque del PBoC en 2025”.
A pesar de la transición hacia una política monetaria más centrada en las tasas, el PBoC enfrenta retos significativos. Aunque el gobierno chino aún busca canalizar dinero hacia sectores clave como la alta tecnología y la manufactura, una política basada en tasas de interés podría limitar el crecimiento excesivo de capacidades y las deudas incobrables. En este sentido, el PBoC también se ha visto presionado para impulsar la economía en el contexto de la desaceleración del sector inmobiliario y las tensiones comerciales con los EEUU, lo que llevó a recortes en las tasas de interés durante 2024. Sin embargo, algunos analistas advierten que el PBoC “aún carece de herramientas clave para implementar una política completamente orientada a las tasas de interés”, como una programación regular y transparentemente divulgada de sus reuniones de toma de decisiones.