Este jueves la clase política del Estado español ha vuelto a interferir de manera directa en la política venezolana de cara a la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro el 10 de enero. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, criticó al Gobierno de Pedro Sánchez por lo que considera un “silencio cómplice” frente al chavismo. En una manifestación en la Puerta del Sol, respaldada por miles de venezolanos y líderes de la derecha española y vasca, Feijóo defendió “la legitimidad de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela”, calificando la reelección de Maduro como un “fraude”. Desde el atril, pidió al Ejecutivo español “estar a la altura” y tomar una postura “más firme” en defensa de “la democracia” y “los derechos humanos”.
Santiago Abascal, líder de Vox, también se unió a la manifestación, donde calificó a Maduro de “usurpador” y exigió su caída, “por las buenas o por las malas”. Abascal señaló “la influencia de grupos como el Foro de Sao Paulo en el mantenimiento del chavismo” y denunció “la complicidad de ciertos sectores de la izquierda española”. Tanto él como otros líderes de la concentración, como Isabel Díaz Ayuso, criticaron duramente al Gobierno español, acusándolo de “favorecer indirectamente al régimen venezolano y traicionar los valores democráticos”.
El acto en Madrid fue parte de una movilización estatal e internacional en apoyo a dar un golpe de Estado en Venezuela. Miles de venezolanos, portando banderas y pancartas, se manifestaron en ciudades como Barcelona (Catalunya), Xixón (Asturies) y Valladolid (Castilla y León), así como en grandes capitales del mundo. Los asistentes demandaron “justicia” y expresaron su apoyo a González como “presidente legítimo”, mientras que en Caracas, la opositora Corina Machado reapareció tras meses en la clandestinidad.
