Donald Trump asumió ayer su segundo mandato como presidente de Estados Unidos con un discurso en el Capitolio que calificó como el inicio de una “era dorada” para el país, convirtiéndose en el 47 presidente de EEUU. Declarando el día como “Liberation Day” (“Día de la Liberación”), el presidente prometió una completa reversión de las políticas de su predecesor, Joe Biden, y “una nación unificada en torno a su agenda”. Entre las primeras medidas destacan la declaración de emergencia nacional en la frontera sur para deportar millones de personas migrantes y la eliminación de normativas ambientales y de diversidad.
El nuevo gobierno también indultará a los condenados por el asalto al Capitolio y, según destaca The Washington Post, redefinirá las políticas de identidad de género, restringiendo su reconocimiento oficial al sexo biológico y eliminando protecciones legales para identidades trans. En paralelo, Trump ha anunciado planes expansivos que incluyen aumentar la extracción de recursos naturales, recuperar el Canal de Panamá y “liderar misiones a Marte”.
Con una ajustada mayoría en el Congreso, Trump enfrenta tanto el desafío de implementar sus ambiciosas reformas como las críticas de sectores opositores y demandas legales contra algunas de sus designaciones clave. A pesar de las divisiones, el presidente ha asegurado que su liderazgo simboliza “la unidad y el resurgimiento de una nación fuerte y libre”.