El suicidio de Jocelynn Rojo Carranza, una niña latina de 11 años en Texas, ha desatado indignación en la comunidad hispana del lugar. Sus compañeros de colegio la acosaban con amenazas de denunciarla a las autoridades migratorias, un miedo avivado por las políticas anti-inmigrantes del gobierno de Donald Trump, que ha intensificado las deportaciones masivas en los últimos meses.
A pesar de que la menor había buscado ayuda en su escuela de Gainesville, sus denuncias fueron ignoradas y su familia nunca fue informada de la situación, según informa la Cadena Ser. Ahora, la Oficina del Sheriff del Condado de Cooke investiga por qué el centro educativo no tomó medidas efectivas para protegerla. Mientras tanto, el colegio insiste en que sus protocolos contra el bullying son “suficientes”, algo que la comunidad migrante pone en duda.
Este caso refleja el impacto de la retórica anti-inmigrante en los niños de familias inmigrantes . “El miedo a la deportación se ha convertido en un arma para el acoso escolar”, denuncia Juanita Díaz, de United We Dream. Con miles de deportaciones ejecutadas cada mes, la presión sobre las familias migrantes es cada vez mayor, y tragedias como la de Jocelynn evidencian las consecuencias más devastadoras de estas políticas.