Este 28 de febrero, fueron entregados en Colombia los cuerpos de Rodrigo Humberto Torres Múnera, de 23 años, y Abraham González Torres, de 15 años, quienes fueron asesinados en 2004 en el municipio de Ituango (Antioquia), y presentados falsamente como “bajas en combate” por parte del Ejército Nacional. Estos crímenes forman parte de un grupo de ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos”, ocurridas durante el mandato del expresidente ultraderechista Álvaro Uribe (2002-2010).
Según informó Alejandro Ramelli, presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), los cuerpos de ambos jóvenes fueron identificados gracias a investigaciones forenses realizadas en los cementerios de Ituango y Dabeiba, que habían sido señalados por medidas cautelares para proteger los restos encontrados. Ramelli señaló que estos dos casos son los primeros en ser identificados en el cementerio de Ituango, el cual está vinculado al cementerio de Dabeiba, donde también se registraron ejecuciones extrajudiciales realizadas por las mismas unidades militares.
El proceso de exhumación y análisis de los cuerpos fue llevado a cabo por la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, lo que permitió reforzar la acusación contra el comandante del Batallón Contraguerrilla 79, involucrado en estos crímenes. La identificación de las víctimas, que hasta ahora figuraban como no identificadas, aporta pruebas adicionales en el marco de la investigación sobre las ejecuciones extrajudiciales cometidas durante el conflicto armado en Colombia.