Médicos Sin Fronteras (MSF) ha informado de que un brote de cólera en el estado de Nilo Blanco, en el sureste de Sudán, ha provocado decenas de muertes y ha llevado a la hospitalización de 2.718 personas. En un comunicado, la organización ha señalado que el Hospital Universitario de Kosti, donde brinda asistencia, se encuentra “saturado” y ha tenido que atender a pacientes en el suelo por falta de espacio.
Según MSF, el aumento de casos coincide con la interrupción del suministro de agua en la zona tras la caída de un proyectil sobre la central eléctrica de Rabak, en el contexto del conflicto entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). La destrucción de la planta ha obligado a las comunidades cercanas a depender de fuentes de agua no tratada, lo que ha facilitado la propagación de la enfermedad. “Los ataques a infraestructuras de vital importancia tienen efectos perjudiciales a largo plazo en la salud de las comunidades vulnerables”, declara en Europa Press la coordinadora de emergencias de MSF en Sudán, Marta Cazorla.
El Ministerio de Sanidad del estado de Nilo Blanco ha puesto en marcha medidas para contener la crisis, entre ellas la distribución de agua potable y una campaña de vacunación contra el cólera. Además, ha prohibido el uso de carros tirados por burros, que son utilizados para transportar agua en la zona. MSF ha instado a las partes en conflicto a respetar las infraestructuras esenciales y garantizar la protección de la población civil en un contexto de emergencia sanitaria.