Más de 300.000 alumnos de Segundo de Bachillerato se preparan para realizar la nueva Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en el Estado español, que este año presenta cambios significativos en su estructura y contenido, según datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades difundidos por EFE.
A diferencia de los últimos cinco años, en los que los estudiantes podían escoger entre dos modelos de examen y omitir parte del temario, en esta convocatoria solo habrá un único modelo por asignatura, con un incremento notable en preguntas de tipo práctico o competencial, que oscilarán entre el 20% y el 25% del total.
Este endurecimiento de la prueba podría traducirse en una bajada generalizada de las calificaciones, según prevén expertos consultados por EFE, especialmente tras el aumento de sobresalientes registrado en 2024 en algunas comunidades autónomas como Murcia o Extremadura, donde casi el 20% de los estudiantes alcanzaron esta nota.
Además, esta nueva configuración de la PAU afectará la competencia para acceder a los grados universitarios más solicitados, ya que los estudiantes que realicen la prueba en 2025 competirán con quienes aprobaron en años anteriores y mantienen su nota válida durante tres cursos académicos.
Entre las novedades también se incluyen penalizaciones por faltas de ortografía, que pueden restar hasta dos puntos en Lengua y Literatura española y lenguas cooficiales, así como restricciones en el uso de calculadoras, que deberán ser no programables y no podrán prestarse entre estudiantes.
La duración de cada examen será de 90 minutos y las fechas de realización varían según la comunidad autónoma, con convocatorias ordinarias previstas entre el 3 y el 13 de junio.
Estas modificaciones buscan, en palabras de sus impulsores, adaptar la PAU a un “modelo más riguroso y práctico”.