La UE lanza una estrategia para militarizar las infraestructuras en el mar Negro

Bruselas invertirá en puertos, ferrocarriles y aeropuertos en Rumanía y Bulgaria para facilitar el transporte de equipos militares pesados, en colaboración con países vecinos como Ucrania, Georgia y Turquía.

Buque de la armada rumana en el mar negro.
Foto: @DanNeculaescu (X)

La Comisión Europea presentó este miércoles una nueva estrategia para el mar Negro que contempla la adaptación de infraestructuras civiles —como puertos, ferrocarriles y aeropuertos— en Rumanía y Bulgaria para uso militar, con el objetivo de mejorar la movilidad de tropas y equipos pesados en el flanco oriental de la Unión Europea.

“La seguridad en el mar Negro es vital también para la seguridad europea”, declaró la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, durante una rueda de prensa en Bruselas.

La región, clave para el comercio energético y de alimentos, se ha visto afectada por la guerra de Ucrania y el uso de minas que obstaculizan el tráfico marítimo, según informa Politico.

La estrategia prevé también la creación de un Centro de Seguridad Marítima del Mar Negro, concebido como sistema de alerta temprana de la UE. Aunque su ubicación, costes y modelo operativo están aún por definir, Kallas señaló que su objetivo será “aumentar la conciencia situacional y proteger infraestructuras críticas”.

Marta Kos, comisaria de Ampliación, justificó la iniciativa en un contexto geopolítico donde “las dependencias se están utilizando como armas”. También mencionó que la UE impulsará nuevos corredores energéticos, redes de transporte y conectividad digital en cooperación con países vecinos.

El plan, que se inscribe en el contexto de ejercicios militares como Sea Shield 24 realizados por la OTAN en la región, responde al “temor” de una posible escalada del conflicto más allá de Ucrania.

El comisario europeo de Transporte, Apostolos Tzitzikostas, ya estimó que el coste de adaptar la infraestructura europea al uso militar podría ascender a 75.000 millones de euros.

Además, la estrategia prevé un mayor control sobre la propiedad extranjera de infraestructuras clave y contempla medidas de resiliencia ambiental y climática para las comunidades costeras afectadas por el conflicto. Según la Comisión, los socios estratégicos de este plan incluyen a Ucrania, Moldavia, Georgia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán.