El Tribunal Internacional de Comercio de los Estados Unidos de América ha anulado este miércoles los aranceles generalizados a las importaciones impuestos por el presidente Donald Trump, declarando que la administración excedió la autoridad que le otorga la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 (IEEPA).
La sentencia, dictada por unanimidad por un panel de tres jueces —nombrados por Ronald Reagan, Barack Obama y el propio Trump—, establece que la IEEPA “no confiere autoridad ilimitada” al presidente para imponer aranceles a casi todos los países y que la competencia para regular el comercio exterior corresponde al Congreso, no al Ejecutivo.
La decisión afecta a la mayoría de los aranceles decretados por Trump, incluidos los impuestos del 25% a Canadá y México y del 20% a China, así como los llamados “aranceles recíprocos” y los justificados por “la lucha contra el fentanilo y la inmigración”.
El tribunal argumenta que “las órdenes arancelarias impugnadas serán anuladas y se prohibirá permanentemente su aplicación” y que “cualquier interpretación de la IEEPA que delegue una autoridad arancelaria ilimitada es inconstitucional”.
Además, los jueces sostienen que no se cumple la exigencia legal de que estos aranceles respondan a una “amenaza inusual y extraordinaria”, y que la imposición de impuestos a mercancías legalmente importadas “no es una medida válida para abordar problemas como la inmigración o el narcotráfico”.
La Casa Blanca ha anunciado que recurrirá la sentencia y defiende que los déficits comerciales representan una “emergencia nacional” que justificaría la acción ejecutiva.
Sin embargo, la sentencia tiene efecto inmediato y deja en suspenso las negociaciones comerciales en curso, así como la aplicación de los aranceles afectados.
Esta decisión judicial representa el mayor revés para la política comercial de Trump en su segundo mandato y abre un periodo de incertidumbre sobre la capacidad presidencial para intervenir unilateralmente en materia comercial.