En febrero de 2025, tres integrantes de la Brigada de Paracaidistas (BRIPAC) del Ejército español viajaron a Túnez para instruir a mandos militares locales en técnicas de control de multitudes y represión de protestas, según un informe publicado en la revista oficial Boina Negra y recogido por el diario Público.
El brigada Ignacio González Frutos, uno de los instructores, detalló que la misión consistió en “instruir a una selección de cuadros de mando de diferentes unidades tunecinas en tácticas, técnicas y procedimientos de control de masas”, combinando sesiones teóricas y ejercicios prácticos sobre psicología de masas, despliegue, maniobras y uso de medios antidisturbios.
El curso, dirigido a miembros del Cuerpo de Policía Militar y brigadas de infantería tunecinas, fue organizado por el Batallón del Cuartel General del Ejército tunecino como “unidad anfitriona”.
Paralelamente, militares españoles de la Compañía de Reconocimiento Avanzado (CRAV) del Regimiento de Infantería de Nápoles nº4 formaron a tiradores de precisión tunecinos en la Arms Basic Training School de Al-Hamma, con ejercicios de fuego real para 14 oficiales y suboficiales tunecinos.
Estas actividades se desarrollaron pese a las denuncias de organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, que documentan la intensificación de la represión política, detenciones masivas y el uso de cargos infundados para perseguir a opositores, periodistas y sindicalistas en Túnez durante 2024.
Human Rights Watch señala que “las fuerzas de seguridad tunecinas continuaron cometiendo abusos contra migrantes, solicitantes de asilo y refugiados con impunidad”, mientras que la Unión Europea mantiene su cooperación migratoria con Túnez a pesar de las continuas violaciones de derechos humanos.
El Ministerio de Defensa español no ha respondido a las consultas de Público sobre su conocimiento y supervisión de estos cursos.