Los partidos que facilitaron la investidura de Pedro Sánchez mantienen, por el momento, su apoyo parlamentario al Ejecutivo, a pesar del impacto político y mediático del caso Koldo, la dimisión de Santos Cerdán como secretario de Organización del PSOE y todas declaraciones que apuntan a una profunda trama de corrupción en lo más alto de la cúpula del partido.
Según fuentes de Moncloa y Europa Press, Sánchez ya ha iniciado una ronda de contactos con los portavoces de Sumar, ERC, Junts, PNV, EH Bildu, Podemos y Coalición Canaria para “calibrar su apoyo” y “conocer de primera mano sus exigencias” tras la crisis interna provocada por las investigaciones de la UCO y la salida de Cerdán.
Las formaciones que brindan su apoyo a Sánchez han reclamado públicamente “explicaciones, transparencia y medidas contundentes contra la corrupción”. Sumar ha pedido “resetear la legislatura y un nuevo marco de relaciones” y no descarta una cuestión de confianza “si no hay un giro” en la gestión del Gobierno.
ERC exige “una auditoría completa y extraordinaria” limitada al Ministerio de Transportes, mientras Junts ha solicitado una “reunión urgente” con Sánchez para “garantizar el cumplimiento de los pactos pendientes” tras la salida de su principal interlocutor en el PSOE.
Podemos ha calificado de “absolutamente insuficiente” la respuesta de Sánchez y reclama que se identifique y cese a todos los implicados en la trama”, además de “exigir” que se devuelvan “todas las comisiones cobradas de forma irregular”.
Sin embargo, a pesar de todas estas “demandas” y de la “presión” para que se tomen medidas adicionales, no tienen efectos políticos reales, porque, al igual que el en resto de críticas que han vertido los socios de investidura sobre el Ejecutivo, ninguna de las formaciones aliadas ha amenazado seriamente con retirar su apoyo ni ha anunciado una ruptura de la mayoría parlamentaria.
Por ello, Sánchez puede respirar tranquilo de momento, y puede descartar un adelanto electoral. Reitera que su intención es agotar la legislatura, “defendiendo la estabilidad institucional y comprometiéndose a hacer públicos los resultados de la auditoría externa del PSOE”.
El presidente ha anunciado que comparecerá en el Congreso “a petición propia” y ha retado a la oposición a presentar una moción de censura si consideran que el Gobierno ha perdido la legitimidad parlamentaria, un ejercicio para el que no tienen respaldos suficientes de momento.