El Gobierno del Reino Unido está evaluando la posibilidad de ilegalizar el grupo activista Palestine Action, tras una serie de acciones directas contra instalaciones de empresas armamentísticas vinculadas al Estado de Israel y la reciente expansión de la organización a otros países europeos, como España. Según informa Swissinfo, el Ministerio del Interior británico estudia designarlo como “organización terrorista”, lo que supondría su prohibición y la criminalización de sus actividades en territorio británico.
Palestine Action, fundada en el Reino Unido, ha protagonizado desde 2023 numerosas protestas y actos de sabotaje contra fábricas de armas, especialmente las del fabricante israelí Elbit Systems. Entre sus acciones más destacadas figuran el uso de una bola de demolición improvisada para romper ventanas en la sede de Elbit cerca de Bristol y el lanzamiento de pintura roja en edificios institucionales y entidades financieras, lo que ha resultado en múltiples detenciones, procesos judiciales y pérdidas para las instituciones señaladas. El grupo defiende la acción directa como forma de protesta contra la complicidad británica en el genocidio en Palestina, según sus propios comunicados y publicaciones en redes sociales.
La posible ilegalización de Palestine Action ha sido calificada por la organización como una “represión draconiana” y un intento de silenciar la denuncia contra la industria armamentística y la política exterior del Reino Unido respecto a Israel. Por ello, han convocado una protesta para este lunes en Trafalgar Square, en Londres.

La última acción de Palestine Action, que ha intensificado el debate sobre su ilegalización en el Reino Unido, tuvo lugar el pasado viernes en la base aérea de la Royal Air Force (RAF) de Brize Norton, la mayor del país. Dos activistas del grupo lograron infiltrarse en las instalaciones utilizando patinetes eléctricos y, una vez en la pista, rociaron con pintura roja las turbinas de dos aviones militares Airbus Voyager y causaron daños adicionales con palancas metálicas. La pintura roja, según explicaron, simbolizaba la sangre derramada en Palestina. Además, el grupo dejó una bandera palestina en el lugar y difundió vídeos de la acción en redes sociales, reivindicando así el sabotaje como protesta contra el apoyo militar británico a Israel y las operaciones en Gaza. Las fuerzas policiales y el Ministerio de Defensa británico calificaron el acto de “vandalismo” y han abierto una investigación en colaboración con la policía, mientras que el primer ministro, Keir Starmer, lo tildó de “vergonzoso”.
En paralelo, la rama española de Palestine Action se presentó en mayo con un acto contra el Ministerio de Defensa en Madrid, intensificando la presión y el debate en torno a la criminalización de la protesta política en Europa. Por el momento, la decisión final sobre la ilegalización del grupo sigue pendiente de resolución por parte de las autoridades británicas.