Las fuerzas de ocupación israelíes han intensificado en las últimas horas los ataques aéreos y terrestres sobre la Franja de Gaza, especialmente en Khan Younis y Rafah, donde los bombardeos han obligado a evacuar clínicas y han provocado el cierre de la mayoría de los centros de distribución de ayuda alimentaria. Según Médicos Sin Fronteras, los tanques israelíes se acercaron a menos de 100 metros de una clínica en Khan Younis, forzando la evacuación de pacientes y personal, mientras los disparos y explosiones alcanzaban el edificio.
En las últimas 24 horas, al menos 23 personas, incluidos ocho niños, han sido asesinados en ataques israelíes, según datos de la Defensa Civil y el Ministerio de Salud de Gaza recogidos por Al Jazeera. Un bombardeo contra un centro médico en Deir al-Balah causó la muerte de al menos 10 niños y seis adultos que esperaban tratamiento nutricional y médico.
Imágenes verificadas muestran cuerpos de mujeres y menores entre las víctimas, mientras la ayuda internacional denuncia la imposibilidad de atender a los heridos por la inseguridad y la saturación hospitalaria.
En un dato especialmente alarmante, la Oficina de Estadísticas de Palestina ha informado que la población de Gaza ha caído un 10% desde el inicio de la ofensiva israelí. El enclave cuenta ahora con 2.114.301 habitantes censados, una reducción atribuida a los asesinatos masivos, el desplazamiento forzado, la desaparición de personas y un fuerte descenso en la tasa de natalidad. Este descenso demográfico es inédito y refleja la magnitud del impacto humanitario del genocidio.
La crisis humanitaria se agrava con el cierre de la mayoría de los “centros de distribución de alimentos”, gestionados por la autoproclamada “Fundación Humanitaria de Gaza” israel y estadounidense, lo que deja a dos millones de personas con acceso muy limitado a comida básica. El hambre es ya aún más visible en las calles de Gaza: familias reciben raciones insuficientes y se reportan casos de personas desmayándose por falta de alimentos. La ONU y organizaciones humanitarias alertan de que la desnutrición y la hambruna se extienden rápidamente entre la población palestina, especialmente niños y desplazados.
Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que espera alcanzar en los próximos días un acuerdo para la liberación de prisioneros israelíes, lo que podría abrir la puerta a una tregua temporal de 60 días. Sin embargo, las condiciones para un alto el fuego definitivo siguen siendo estrictas y las negociaciones avanzan lentamente, mientras la violencia y la emergencia humanitaria causada por el Estado de Israel continúan en aumento.