Este viernes se concretó un amplio intercambio de detenidos entre Venezuela, El Salvador y Estados Unidos, según confirmaron fuentes gubernamentales y medios internacionales. El gobierno de El Salvador, encabezado por Nayib Bukele, entregó a 252 personas de nacionalidad venezolana que se encontraban en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), luego de ser deportadas desde EE. UU. tras acusaciones sin pruebas de pertenecer al grupo delictivo Tren de Aragua.
Sin embargo, organizaciones y abogados cuestionan la legalidad de muchas de estas detenciones, señalando que una parte de los arrestados no tenía antecedentes penales y fue identificada principalmente por criterios como tatuajes y nacionalidad.
El traslado de estos venezolanos ha sido negociado como parte de un acuerdo que incluye la liberación en Venezuela de al menos diez ciudadanos estadounidenses y un número indeterminado de opositores. Aunque la cifra y la identidad de los presos liberados no ha sido detallada oficialmente en todos los casos, fuentes del gobierno de EE. UU., declaraciones de Marco Rubio y comunicados venezolanos confirman la repatriación y entrega.
El gobierno venezolano atribuye el éxito del canje tanto al coste político asumido como a gestiones internacionales, como la mediación del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Por su parte, El Salvador implementó la transferencia tras acuerdos de cooperación, alegando en algunos casos “delitos graves” y en otros solo “infracciones migratorias”.
La operación ha sido bienvenida por defensores de derechos humanos, que no dejan de alertar sobre las condiciones extremas vividas en la prisión salvadoreña Cecot.