El BCE mantiene los tipos de interés en el 2%

Detiene su ciclo de recortes al constatar ralentización salarial y “estabilización” de la inflación, pero advierte sobre riesgos por disputas comerciales y tensiones geopolíticas.

Imagen de archivo del exterior del Banco Central Europeo en Frankfurt (Alemania).
Foto: vía unit-design.de

El Banco Central Europeo (BCE) decidió este 24 de julio mantener sus tipos de interés de referencia en el 2%, tras realizar siete rebajas consecutivas desde junio de 2024 para compensar la inflación. La institución informó que esta pausa responde a que “las presiones internas inflacionarias se han relajado con un crecimiento salarial más lento”, y que la inflación en la eurozona ha alcanzado el objetivo del 2% a medio plazo. Sin embargo, el BCE advirtió que la economía sigue enfrentando incertidumbres significativas, particularmente por las disputas comerciales internacionales y la situación geopolítica.

En su comunicado, el Consejo de Gobierno señaló que, en general, la economía europea “ha mostrado capacidad de resistencia en un contexto internacional difícil”. Como viene siendo habitual, la presidenta Christine Lagarde enfatizó que la política monetaria “seguirá basándose en los datos que se vayan recibiendo, sin comprometerse a ningún camino fijo para los tipos de interés”.

Lagarde también alerta sobre los riesgos de nuevas presiones inflacionarias derivadas de conflictos geopolíticos, tensiones comerciales, aumento del gasto público, especialmente en el ámbito militar, y el impacto de fenómenos climáticos extremos que pueden afectar los precios de los alimentos.

Los datos señalan que en junio de este año la tasa de inflación interanual en la zona euro se ubicó en el 2%, con la inflación subyacente estable alrededor del 2,3%. Algunos países, como Rumanía o Hungría, presentan incluso niveles más elevados, mientras que el Estado español registró un 2,3%, levemente por encima de la media europea.

Esta decisión del BCE pone fin a un ciclo de flexibilización y refleja una posición cautelosa ante un escenario económico complejo e incierto, en el que las políticas monetarias se ajustarán a la evolución de los riesgos percibidos y presiones inflacionistas.