La publicidad del trabajo en alta mar: ¿aventura o trampa?

Las redes sociales glamorizan empleos offshore mientras ocultan explotación ilegal, aislamiento y riesgos laborales para la juventud trabajadora.

Imagen de archivo de una plataforma petrolera.
Foto: Shutterstock

Instagram y otras plataformas promocionan videos de trabajos en barcos o plataformas petroleras como detonantes de aspiración juvenil. La narrativa visual y económica —salarios elevados, viajes, independencia— genera alto engagement y convierte este contenido fácilmente viralizable, alimentando el algoritmo de la red social y amplificándolo. Sin embargo, esa imagen aparentemente atractiva responde más a una construcción popular que al verdadero día a día del oficio.

En plataformas petroleras, operarios pueden ganar en torno a 30.000 € al año, con alojamiento, viaje y alimentación cubiertos, según datos aportados por el Parlamento Europeo. Allí, los operarios alternan turnos de varias semanas de trabajo con periodos de descanso. Pese a las cifras, pocos mencionan que muchos trabajos implican hasta 100 horas semanales y aislamiento físico y emocional, lo que contrasta con el relato “sencillez” y “aventura” que se comparte en redes.

En la pesca industrial, especialmente en alta mar, existen pruebas claras de explotación laboral ilegal. Investigaciones internacionales identifican buques en Europa, Asia y otros lugares con tripulaciones sometidas a servidumbre por deudas, retención de salarios y amenazas físicas, de acuerdo con reportes de informemaritimo.com. Según la OIT, aproximadamente 128.000 pescadores sufren trabajo forzoso, cifra probablemente subestimada. La desregulación, banderas de conveniencia y ausencia de inspección favorecen que todos estos abusos que padece la clase obrera en la mar pasen desapercibidos.

Trabajar en plataformas o buques implica riesgos extremos: tormentas, maquinaria pesada, siniestros laborales mortales… Son problemas que el sector arrastra desde hace tiempo, pero que ahora están siendo blanqueados con narrativas aspiracionales en el entorno digital. Se han documentado casos de enfermedades derivadas de mala alimentación (como beriberi) o condiciones insalubres que derivan en debilidad crónica o lesiones. Además, el aislamiento sostenido conduce a altos niveles de estrés, depresión, ansiedad, obesidad o hipertensión, especialmente sin acceso adecuado a atención médica o apoyo psicológico.

Lo que te dijeron en Instagram versus realidad

El uso de influencers para recrear un estilo de vida “sencillo” y promocionar “mayores salarios” funciona como “reclutamiento encubierto” ante la escasez de fuerza de trabajo en sectores offshore, convirtiendo a las empresas o incluso a los propios trabajadores en promotores de esta narrativa aspiracional en redes sociales. Sin embargo, la mayoría de estos contenidos omiten por completo los mencionados riesgos de abusos, contratos precarios, jornadas extenuantes, y la amenaza constante de riesgos laborales.

El atractivo visual del trabajo en alta mar ha sido fortalecido por redes sociales que empujan narrativas evasivas para una juventud europea atrapada en un bucle de precariedad y vacío existencial. Pero la dura realidad detrás de ese filtro sigue ahí, por lo que documentar con rigor esta diferencia es esencial para equilibrar la percepción pública y alertar a quienes consideran estas opciones como una “solución rápida” a sus males.