Un análisis reciente realizado por el abogado estadounidense Steven Donziger, aplicando la fórmula de la revista médica The Lancet, estima que al menos 434.000 palestinos han muerto directa e indirectamente en Gaza desde octubre de 2023, cifra que representaría el 20,7% de la población total del enclave, estimada en 2.375.259 según la OMS.
Estos incluyen tanto los asesinatos directos causados por ataques militares directos como las muertes inducidas derivadas de hambre, enfermedades y el colapso de los servicios básicos debido al bloqueo y bombardeos israelíes. The Lancet advierte que las muertes indirectas pueden ser hasta tres o quince veces mayores que las directas.
Desde el comienzo del genocidio abierto y hasta enero de 2025, el promedio estimado diario de muertes en Gaza fue de 732 personas, incluyendo periodos posteriores a intentos de alto el fuego. La entidad sionista ha mantenido durante más de 600 días una ofensiva aérea y terrestre casi ininterrumpida sobre Gaza, bloqueando sistemáticamente la entrada de ayuda humanitaria esencial, lo que ha agravado la crisis alimentaria y sanitaria del enclave.
En paralelo, se ha reportado la detención de 21 activistas internacionales en el buque “Handala”, parte de una flotilla solidaria con Gaza, y la destrucción del material audiovisual a bordo por parte del ejército israelí, evidenciando la persistente represión frente a la solidaridad internacional con el pueblo palestino.
La cifra reflejada por Donziger excede ampliamente a todos los datos oficiales reportados por el Ministerio de Salud de Gaza, que rondan los 60.000 fallecidos, y evidencia la gravedad y subregistro de la tragedia que afronta la población palestina bajo el bloqueo y bombardeos.
Organizaciones sociales recuerdan que la situación es de un genocidio en curso, mientras el Estado de Israel continúa su política ofensiva y mantiene el control restrictivo sobre Gaza, agravando la catástrofe humanitaria.