Este martes, el primer ministro británico, Keir Starmer, anunció su intención de que el Reino Unido reconozca oficialmente al Estado de Palestina durante la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre, “salvo que el Gobierno israelí tome medidas concretas para poner fin a la escalada de violencia en Gaza y acepte un alto el fuego”, así como “un compromiso con un proceso duradero que mantenga la solución de dos Estados”. En un vídeo difundido por la BBC, Starmer consideró que la situación de Gaza y el “distanciamiento” de la llamada “solución de dos Estados” harían necesario impulsar esta posición, dejando abierta la posibilidad de revertir el reconocimiento “si Israel cambia su postura”.
El anuncio llega en medio de una fuerte presión interna en el Parlamento británico, donde cerca de 230 diputados, mayoritariamente laboristas, pero también liberaldemócratas, verdes y conservadores, habían demandado una postura firme frente al genocidio descarnado que el Estado de Israel está cometiendo en Gaza. La tensión también viene del interior del laborismo, donde el exlider Jeremy Corbyn y la joven diputada Zarah Sultana han presentado un nuevo partido de izquierdas llamado Your Party.
El ministro de Exteriores, David Lammy, manifestó en la sede de la ONU un discurso contra el rechazo por parte de Israel de la “solución de dos Estados”, calificándolo de “injusto, moralmente equivocado y perjudicial para la paz”. Lammy señaló que la decisión del Reino Unido “cumplirá con un mandato histórico para proteger esa solución política cuando se debata en la Asamblea General”.
Por su parte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha respondido calificando la iniciativa de Starmer como una “recompensa al terrorismo de Hamas” y advirtió que “un Estado palestino premiaría amenazas extremistas, también contra el Reino Unido”. Eso sí, Starmer, que está siendo uno de los principales valedores internacionales en el ámbito diplomático, militar y económico de la entidad sionista, ha exigido a la resistencia palestina liberar a los prisioneros de guerra israelíes, aceptar un alto el fuego que le imponga el Gobierno israelí y renunciar al papel en un futuro gobierno en Gaza.