Centenares de bomberos forestales de Castilla y León se manifestaron en las puertas de las Cortes regionales el pasado 29 de agosto para denunciar la mala gestión del operativo contra incendios y reclamar la dimisión del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones. La misma jornada, más bomberos realizaron una marcha nocturna en Soria.

Los manifestantes, junto a sindicatos y movimientos sociales, prendieron hogueras de paja y neumáticos, quemaron imágenes de los responsables políticos y realizaron un minuto de silencio por las víctimas mortales de los incendios que han asolado la región durante el verano, con más de 150.000 hectáreas calcinadas y cuatro fallecidos. Uno de ellos era Nacho Rumbao, bombero fallecido en acto de servicio en Espinoso de Compludo (León).

Entre las principales demandas de los bomberos forestales se encuentran el reconocimiento oficial de la categoría profesional, la estabilidad en sus contratos y la dotación de medios técnicos y humanos adecuados para afrontar la temporada de incendios y las labores de prevención durante todo el año.

Marcha nocturna de bomberos en Soria. Foto: @Juan13Navarro (X)

"Priorizan lo económico"

Representantes sindicales señalaron ante medios locales que las instituciones “priorizan lo económico” y denuncian la “privatización encubierta” del operativo, que consideran "insostenible e insuficiente" para proteger el patrimonio natural y humano de la comunidad.

El clima político se ha tensado con estos eventos y la oposición, salvo Vox, ha pedido en el Parlamento autonómico la dimisión de Mañueco y Suárez-Quiñones. El Partido Popular, por su parte, ha criticado a los grupos críticos por “utilizar el dolor como arma electoral”.

La protesta muestra la preocupación social por la mayor oleada de incendios de los últimos tiempos en Castilla y León en particular y en el Estado español en general. Persiste la percepción de una gestión deficiente por parte de las administraciones, que se limitan a responder con anuncios de "revisión" y "mejora de las políticas"; promesas que no terminan de cumplirse.

Ante el inmovilismo institucional, los trabajadores mantienen la movilización: la Asociación de Trabajadores de Incendios Forestales (ATIFCYL) ha convocado otra protesta para el próximo 6 de septiembre en León, reclamando un operativo público y permanente.