El inicio de septiembre en el Estado francés se ve marcado por una profunda crisis política y social, con el primer ministro François Bayrou a punto de someterse a un voto de confianza en el Parlamento tras anunciar un plan de austeridad por valorado en 44.000 millones de euros. Bayrou, nombrado en diciembre de 2024 por el presidente Emmanuel Macron, enfrenta escasas posibilidades de superar la votación del próximo 8 de septiembre, debido al rechazo frontal de partidos tanto de la izquierda como de la extrema derecha: la Francia Insumisa y Reagrupamiento Nacional. El plan presupuestario implica, entre otras medidas, la congelación de pensiones y la eliminación de dos días festivos, lo que ha provocado un aumento significativo del descontento social entre la clase trabajadora, que amenaza con sacar los chalecos amarillos del armario.

Más allá del Parlamento, el malestar se traduce en movilizaciones sociales y protestas de sindicatos, que han convocado manifestaciones masivas para el 10 de septiembre y una movilización sindical para el 18 del mismo mes, bajo movimientos como “Bloquearlo Todo”, que recuerda a las revueltas populares de los “Chalecos Amarillos”.

En este caso, son los sindicatos CGT y Sud Solidaires quienes impulsan la movilización, aunque otras organizaciones prefieren distanciarse o reservarse para acciones posteriores. La convocatoria, principalmente organizada a través de redes sociales y asambleas locales, muestra un posible recrudecimiento de la lucha social, sin liderazgos claros, que eleva la incertidumbre sobre la estabilidad del gobierno y el rumbo de un país que se encuentra al borde de la crisis financiera.

¿Un quinto primer ministro en 20 meses?

En caso de fracasar Bayrou en el voto de confianza, lo más probable es que el presidente de la República, Emmanuel Macron, tenga que nombrar un nuevo primer ministro, siendo la quinta persona en el cargo en apenas 20 meses, o bien convocar elecciones legislativas anticipadas, lo que supondría una prolongación de la inestabilidad política que afecta a la República desde 2024.

Enfrentado a este panorama, Bayrou ha empezado negociaciones con algunos partidos para intentar asegurar su permanencia, incluyendo un reciente encuentro discreto con Marine Le Pen y otro confirmado con el Partido Socialista. Sin embargo, la coalición que sostiene el Ejecutivo continúa fragmentado, y la incógnita sobre el desenlace político sigue abierta a pocos días de la crucial votación y las citas movilizatorias en las calles.