La defensa aérea de la OTAN queda en evidencia ante incursiones de drones rusos
La entrada de drones baratos en cielo europeo y el alto costo de los sistemas para interceptarlos ponen en jaque la estrategia defensiva de los aliados.

19 drones rusos, fabricados con materiales simples como madera y espuma, ingresaron al espacio aéreo de Polonia esta semana, marcando un incidente que ha llevado a la OTAN a lanzar una respuesta con aviones F-35 y sistemas antiaéreos Patriot. Esta acción, sin embargo, ha evidenciado la disparidad entre las incursiones de bajo costo de Rusia y la costosa logística y armamento necesarios para contrarrestarlas, lo que genera preocupaciones sobre la viabilidad y sostenibilidad de la defensa aérea de la alianza en escenarios similares.
Ante esta problemática, expertos y funcionarios han subrayado "la necesidad urgente de adoptar contramedidas más asequibles y flexibles", como sistemas anti-drones electrónicos y tecnologías láser, que puedan operar en conjunto para formar una defensa escalonada. Aunque algunos países europeos avanzan en la actualización de sus arsenales, la burocracia y la inestabilidad presupuestaria de en las potencias europeas ralentizan la implementación de estos avances tecnológicos, según recogen Politico y Bloomberg.
Polonia invocó el artículo 4 del Tratado de la OTAN, convocando una reunión de aliados para evaluar la situación y "coordinar la defensa" ante posibles futuras incursiones. El caso subraya la complejidad de las llamadas "amenazas asimétricas" como drones de bajo costo pero alto impacto político y militar, al tiempo que revela las fallas de la estrategia defensiva atlantista bajo condiciones dinámicas y cambiantes.