Más de 100 mujeres surcoreanas demandan al ejército de EE.UU. por prostitución forzosa
La demanda acusa a Washington de abuso y exige disculpas, en medio de denuncias sobre burdeles estatales vinculados a bases militares desde 1950 hasta 1980

Un grupo de 117 mujeres de Corea del Sur ha presentado una demanda judicial inédita contra el ejército estadounidense, acusando a las fuerzas de Estados Unidos de obligarlas a prostituirse durante décadas para soldados desplegados en el país, en un contexto de bases militares que ocupan el país desde la Guerra de Corea. La demanda reclama 10 millones de wones (unos 7.200 dólares) en compensación por víctima y una disculpa oficial, responsabilizando de manera conjunta al gobierno surcoreano y al ejército estadounidense, según declaró la abogada Ha Ju-hee a la AFP.
La historia documentada y las denuncias de activistas implicadas en el caso señalan que desde la década de 1950 hasta los años 80 se establecieron prostíbulos autorizados por el Estado surcoreano, donde decenas de miles de mujeres fueron sometidas a explotación sexual y abusos físicos, incluyendo palizas y tratamientos médicos forzados. Estos establecimientos formaron parte integral de la economía en torno a las bases militares de EE.UU., llegando a constituir hasta un 25% del PIB surcoreano en los años 60 y 70. Una de las demandantes, que prefirió mantener el anonimato, relató a la AFP haber sido forzada a prostituirse desde los 17 años bajo engaños y la amenaza de deudas.
El mando militar estadounidense ha señalado que es consciente de la demanda pero no emitirá comentarios mientras dure el proceso legal, reafirmando "su compromiso con el cumplimiento de las leyes de Corea del Sur" y el "mantenimiento de altos estándares de disciplina".
En paralelo, los grupos defensores de derechos de las mujeres que acompañan a las víctimas califican la situación como una “violación de la Constitución surcoreana” y una destrucción sistemática de la autonomía y dignidad de estas mujeres. El litigio marca un paso clave en la búsqueda de justicia, verdad y reconocimiento para un sector históricamente silenciado y estigmatizado, a la vez que vuelve a poner interrogantes sobre el papel de EE.UU. y sus tropas en intervenciones internacionales.