En agosto, el mercado laboral de los Estados Unidos de América añadió solo 22.000 empleos no agrícolas, cifra muy inferior a las expectativas de mercado y menor al aumento de 79.000 puestos revisados de julio, según datos publicados por el Buró de Estadísticas Laborales (BLS). Este resultado representa una ruptura en la trayectoria de crecimiento laboral que se prolongó por 53 meses consecutivos hasta la revisión a la baja de junio. La tasa de desempleo se elevó en una décima, alcanzando el 4,3%, el nivel más alto desde octubre de 2021, con 7,384 millones de personas desempleadas.

Las revisiones de datos implican un cambio neto negativo de unos 21.000 empleos respecto a informes previos en junio y julio, lo que muestra una "desaceleración" significativa. Mientras el sector sanitario aportó 31.000 puestos de trabajo, industrias como la manufacturera perdieron 12.000 empleos.

Expertos consultados por The Economist afirman que la incertidumbre económica y política, junto con las elevadas tasas de interés, han condicionado la voluntad de contratación por parte de las empresas, que prefieren postergar decisiones en un clima poco claro. En ese sentido, la ralentización se interpreta no solo como síntoma del menor crecimiento poblacional y la disminución de la migración neta, sino también en un contexto de incertidumbre económica que ha afectado la contratación, como explican desde el Peterson Institute y el Congressional Budget Office (CBO). Esta situación reduce la tasa "breakeven" de creación de empleo para mantener estable la tasa de desempleo actual.

Este estancamiento laboral alimenta las expectativas de recortes de tasas de interés en la próxima reunión de la Reserva Federal prevista para septiembre, con previsiones de rebajas adicionales en octubre y diciembre. Sin embargo, la persistencia de una inflación superior al objetivo del 2% y un déficit presupuestario elevado constituyen desafíos para la política monetaria. Por ello, la contradicción entre estimular la economía y controlar la inflación será clave para Washington.

Pese a los primeros síntomas de estancamiento, indicadores como el aumento en la tasa de participación laboral y la tendencia en renuncias voluntarias señalan que el mercado laboral aún mantiene cierta fortaleza relativa frente a periodos anteriores. No obstante, la baja rotación y el crecimiento económico limitado siguen generando riesgos y retos para la economía estadounidense, mostrando un escenario ambivalente marcado por incertidumbres económicas y políticas.