Purga en el PP: cesiones en cadena en Bizkaia, Tarragona y Girona
Génova sustituye a Raquel González y Eduardo Andrade en Bizkaia, asumiendo una gestora presidida por Amaya Fernández, tras movimientos similares en Girona y Tarragona que apuntan a las próximas elecciones.
El Partido Popular ha decidido renovar la cúpula directiva en territorios como Bizkaia (Euskal Herria), Tarragona (Catalunya) y Girona (Catalunya) en un movimiento que la dirección estatal presenta como necesario para "mejorar la capacidad" interna y "abrir espacio a nuevas visiones" ante los próximos comicios.
En Bizkaia, la presidenta Raquel González y el secretario general Eduardo Andrade "renunciaron" a sus cargos para facilitar esta transición, un relevo que será formalizado con la constitución de una gestora presidida por Amaya Fernández, exsecretaria general del PP en la Comunidad Autónoma Vasca y figura de amplio consenso interno.
La comisión gestora en Bizkaia ha asumido desde el lunes la responsabilidad de la dirección territorial, buscando "revitalizar el partido" en un contexto de competencia acelerada con Vox por el mismo espacio político, mientras que González y Andrade mantienen su representación en las instituciones territoriales, reafirmándose como futuros candidatos.
Movimientos similares se producen en Tarragona y Girona, con relevo de presidencias que la dirección estatal justifica en "la necesidad de consolidar el proyecto político del PP" y prepararse para las futuras convocatorias electorales. Mario García dimitió el 13 de septiembre por "razones personales", relevado por Maria Mercè Martorell como presidenta y Rafael Luna en calidad de secretario general. En Girona, Jaume Veray dimitió el 12 de septiembre "por motivos de salud", relevado por Daniel Ruiz. La justificación oficial es "consolidar el proyecto" y "reforzar" para elecciones generales, donde el PP ve "margen de crecimiento" en Catalunya.
Señalados internamente como "blandos"
Cadena Ser y medios regionales señalan que estas decisiones forman parte de una estrategia para fortalecer el aparato interno frente a críticas y tensiones internas acumuladas en estos territorios, donde la presidencia se consideraba "blanda" o "poco dinámica" para los intereses generales del PP, que busca competir de forma directa con Junts y el PNV. La intervención directa de Génova para abrir paso a la gestora mostraría, por tanto, la intención de controlar y dirigir la renovación territorial desde el núcleo central del partido en Madrid.
El movimiento político muestra también el constante ajuste interno que los partidos mayoritarios realizan para adaptarse a sus tácticas electoralistas, en este caso con especial relevancia para en Euskal Herria y Catalunya, territorios con dinámicas políticas diferenciadas y retos específicos que el PP busca gestionar con nuevas caras y liderazgos.