Este domingo, Reino Unido, Canadá y Australia han anunciado formalmente el reconocimiento del Estado de Palestina, configurándose como los primeros países del G7 en dar este paso. Estas declaraciones forman parte de una maniobra diplomática internacional para limpiar su imagen como estrechos colaboradores del Estado de Israel, que está cometiendo un genocidio descarnado en la Franja de Gaza.

El primer ministro británico Keir Starmer aseguró que este reconocimiento "pretende mantener viva la esperanza de paz", enfatizando "la existencia necesaria de un Israel seguro y una Palestina viable". Sin embargo, no aclaran a qué territorios hacen referencia cuando hablan de Palestina. Por su parte, el primer ministro canadiense Mark Carney definió la medida como "un apoyo a un futuro pacífico", mientras que Anthony Albanese, de Australia, afirmó que "reconocer a Palestina responde a las legítimas aspiraciones del pueblo palestino". Portugal también ha anunciado su adhesión al reconocimiento poco después, en vísperas de una conferencia especial en la ONU para "revitalizar la causa de un Estado palestino democrático y desmilitarizado".

La reacción israelí ha sido inmediata y tajante. El primer ministro Benjamin Netanyahu declaró: “No habrá un Estado palestino al oeste del río Jordán” y calificó el reconocimiento como “una gran recompensa al terrorismo”. Recordó que durante su gobierno se han duplicado los asentamientos ilegales en Cisjordania, a la que los colonos sionistas denominan como "Judea y Samaria", y prometió continuar extendiendo su control de facto sobre más territorios palestinos, introduciendo una posible colonización total. El ala dura del gobierno, representado por los ministros Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, aplaudió la ampliación de la "soberanía israelí" y rechazó la idea de un Estado palestino.

Mientras tanto, la resistencia palestina, encabezada por Hamas, celebró los reconocimientos, calificándolos como un “homenaje a la lucha” y un apoyo al derecho palestino a su tierra y lugares sagrados con Jerusalén/Al Quds como capital.