El salario real ruso a niveles récord y el desempleo en mínimos históricos
A pesar de las sanciones occidentales y el estancamiento del PIB, los salarios reales en Rusia crecen mientras el mercado laboral muestra niveles de empleo extraordinariamente altos, según 'The Economist'.

La economía rusa presenta un marcado enfriamiento, si se atiende al crecimiento del PIB, con solo un 0,4% interanual en julio de 2025 y señales de contracción en múltiples sectores, como muestran índices basados en encuestas a directores de compras. La desaceleración ha cerrado la etapa de expansión que siguió a la recesión de 2022, atribuible en parte a la reducción en gasto público, especialmente en infraestructura y acumulación militar, y al endurecimiento de la política monetaria, con subidas de tipos de interés para controlar la inflación.
La producción y exportación de petróleo, la principal fuente de ingresos del Kremlin, han disminuido notablemente por obstáculos en la financiación y precios internacionales bajos, con sanciones occidentales cada vez más estrictas intentando castigar a las empresas que violen embargo y obstruyen flujos financieros hacia Rusia.
Sin embargo, a pesar de esta ralentización económica, el mercado laboral ruso resiste con niveles de empleo excepcionales reconocidos por el propio Financial Times. Los salarios reales, que están ajustados según la inflación y reflejan el poder adquisitivo, alcanzaron un máximo histórico en los primeros meses del año con un crecimiento interanual de más del 5%. Esta subida se explica por la escasez generalizada de mano de obra y la necesidad de retener a los trabajadores mediante subidas salariales. Además, la tasa de desempleo se sitúa en mínimos desde la caída de la URSS, alrededor del 2%, una cifra asombrosamente baja para cualquier mercado emergente y aún más para una economía bajo fuertísima presión externa.
Este fenómeno, que contrasta fuertemente con la situación de muchas economías occidentales, demuestra que Moscú aún tiene la capacidad de proteger el empleo y el gasto social en un momento de dificultades que atraviesa por la guerra. Al mismo tiempo, pone en evidencia la fragilidad de cualquier sistema económico que se ve sometido a un conflicto bélico de gran escala. La economía rusa, pese a las pretensiones de asedio por parte de occidente, se aferra a un mercado laboral vigoroso y salarios en alza, lo que prolonga la estabilidad política y social en el país.