Netanyahu comparece desafiante y entre abucheos en la ONU
El primer ministro israelí niega el genocidio en una Asamblea General casi vacía por protesta internacional y emplea la tribuna para reclamar "terminar el trabajo en Gaza".

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha sido recibido este viernes en la Asamblea General de Naciones Unidas, a pesar de la orden de arresto de la Corte Penal Internacional que pesa sobre él. La sesión ha comenzado con una sonora pitada, abucheos y abandonos de la sala por parte de más de un centenar de diplomáticos de más de 50 países que denuncian el genocidio en Gaza. Mientras tanto, EE. UU,, Reino Unido, Israel, Canadá, Siria, Argentina y Hungría, han asistido a la sesión, entre otros.
Mientras Netanyahu ha podido asistir, incluso Mahmud Abbas, presidente de la colaboracionista Autoridad Nacional Palestina, no pudo intervenir debido a la negativa de Estados Unidos a otorgarle visa para viajar a la Asamblea. Durante su intervención, en una sala mayormente vacía, Netanyahu justificó su política de agresión en todo oriente medio, afirmando que “destruimos el programa de armas nucleares de Irán” y resaltó el papel de Donald Trump en la aplicación de sanciones y apoyo al Estado Israel, al tiempo que pidió mantener la vigilancia contra lo que denominó “el eje del terror” compuesto por Hamas, Hezbollah e Irán, sus principales enemigos.
Netanyahu utilizó altavoces estratégicamente ubicados en la frontera con Gaza y teléfonos móviles de gazatíes para transmitir sus palabras, dirigiéndose también a los prisioneros de guerra israelíes que la resistencia retiene en la Franja. Su discurso incluyó la acusación de que el reconocimiento de Palestina como Estado es una recompensa a “fanáticos” y que la Autoridad Palestina está “corrupta desde sus raíces”, rechazando cualquier transición política que implique al liderazgo palestino.
Hamas, por su parte, tilda el boicot al discurso de Netanyahu como una prueba del “aislamiento de Israel” y denuncia su negación del genocidio, desplazamiento forzado y hambre sistemática impuesta a Gaza, subrayando que Netanyahu "usa el antisemitismo para deslegitimar la crítica internacional" y obstaculiza la liberación de prisioneros. Mientras, manifestaciones contra Netanyahu se celebraban en las calles de Nueva York, expresando solidaridad con el pueblo palestino.
La controversia llega con el cuestionamiento creciente a las políticas israelíes encabezadas por Netanyahu. Sin embargo, a pesar de los gestos simbólicos, ningún país occidental que ha reconocido recientemente al Estado palestino está dispuesto a asumir represalias contra la entidad sionista.
Este episodio en la ONU es otro episodio de las aparentes "tensiones diplomáticas" escenificadas en un organismo cada vez más cuestionado y desplazado, que no puede hacer cumplir el Derecho Internacional que dice promover cuando los que lo vulneran son los países occidentales y sus aliados.