Hegseth renombra el Pentágono como 'Departamento de Guerra' y anuncia reformas en el Ejército
Insta a ignorar el derecho internacional humanitario, eliminar cuotas y cambiar normas sobre liderazgo y aptitud física ante más de 800 generales.

El secretario Pete Hegseth anunció la transformación oficial del Pentágono en el Departamento de Guerra, apelando a una imagen de “letalidad” y "disciplina estricta". Durante una reunión sin precedentes en Quantico (Virginia), donde convocó a más de 800 generales y almirantes, instó a adoptar un “ethos guerrero” y eliminar las “estúpidas reglas de enfrentamiento”, sugiriendo ignorar normas internacionales como las Convenciones de Ginebra y abandonar por completo las llamadas "políticas de inclusión, diversidad y cuidado ambiental", a las cuales calificó de “falacia insana”.
El jefe del Pentágono ha reivindicado las políticas que ha adoptado la administración Trump desde el principio: "Eliminar la basura ideológica tóxica y políticamente correcta de la justicia social que había infectado nuestro departamento, para arrancar la política". Así lo ha resumido: "Si no cumples con los estándares físicos masculinos para un puesto de combate, no puedes pasar una prueba de aptitud física o no quieres afeitarte y lucir profesional. Es hora de cambiar de puesto". En ese sentido, el secretario ha confesado que ha cesado a varios oficiales superiores desde que asumió el cargo: "Es casi imposible cambiar la cultura con la misma gente que ayudó a crearla".
"Restaurar la letalidad"
Hegseth enmarcó su llamado a la "letalidad" como una "restauración" del ethos guerrero, "original del Ejército de EE.UU.", remontándose al Departamento de Guerra (1775-1949), que habría liderado "victorias" en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Argumentó que el cambio a "Departamento de Defensa" en 1949 fomentó "una mentalidad reactiva y burocrática", priorizando "no perder" sobre "ganar decisivamente".
En sus palabras, pronunciadas ante la más alta cúpula militar, "este cambio de nombre no es solo renombrar, es sobre restaurar. Restaurar el ethos guerrero. Restaurar la victoria y la claridad como instinto. Restaurar la intencionalidad en el uso de la fuerza. [...] El Departamento de Guerra va a luchar de manera decisiva, no en conflictos interminables. Va a luchar para ganar, no solo para no perder. Vamos a la ofensiva, no solo a la defensa. Máxima letalidad, no legalidad tibia. Efecto violento, no corrección política. Vamos a criar guerreros, no solo defensores".
Esta dicotomía —"guerreros vs. defensores"— es recurrente en su libro The War on Warriors (2024), donde critica cómo las guerras asimétricas en Irak y Afganistán (2001-2021) "ataron las manos" de las tropas con "reglas de enfrentamiento estúpidas" (stupid rules of engagement), supuestamente, permitiendo que sus enemigos explotaran "vulnerabilidades humanitarias". Para Hegseth, restaurar la letalidad significa "desatar" a los soldados para que actúen con "violencia abrumadora y castigadora" contra "amenazas", priorizando la victoria rápida sobre el cumplimiento estricto de normas internacionales como las Convenciones de Ginebra. De momento, no aboga explícitamente por ignorarlas por completo, pero abre la puerta al despreciarlas.
"Ya no más generales y almirantes gordos"
Los estándares de aptitud física se endurecerán, con pruebas obligatorias dos veces al año para todo el personal, incluidas las altas cúpulas. Así, Hegseth da carpetazo a las cuotas raciales y de género en promociones, y se impone un modelo "neutro": "Si las mujeres pueden lograrlo, excelente, si no, es lo que hay", lo que ha generado críticas sobre la exclusión implícita de mujeres y personas trans. Asimismo, ordena revisar definiciones de “liderazgo tóxico” y “acoso” para eliminar las salvaguardias y protocolos mínimos de control interno, permitiendo que ciertas “infracciones perdonables” no perjudiquen carreras. "Hoy terminamos con la guerra contra los guerreros", declaraba Hegseth en la red social X.
"Una invasión desde dentro"
En sintonía con Hegseth, el presidente Donald Trump defendió una retórica marcial, afirmando que "el propósito del ejército estadounidense no es proteger los sentimientos de nadie, sino nuestra república". Además, el presidente ha asegurado que Estados Unidos "está bajo invasión desde dentro" y que "después de gastar billones en defender fronteras ajenas, ahora defendemos las nuestras", proponiendo convertir "ciudades peligrosas" en "campos de entrenamiento para nuestro Ejército".
También ha anunciado un gasto militar de más de un billón de dólares para 2026, en medio de negociaciones complejas con el Congreso sobre presupuestos, debido al cual enfrenta un posible cierre administrativo. Hegseth también ha despedido altos mandos y advierte que quienes no apoyen la “nueva ética del guerrero” deberían “hacer lo honorable y renunciar”.
Analistas y diversas organizaciones señalan este giro retórico como la antesala de la eliminación total de los derechos sistemáticamente vulnerados pero formalmente reconocidos hasta ahora, tanto a nivel interno como externo.