El comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, afirmó en una entrevista reciente en Le Grand Continent que las incursiones de drones rusos en el espacio aéreo de países fronterizos plantean una "provocación deliberada" y una "prueba para la defensa europea". Reconoció que los sistemas de detección actuales, diseñados para misiles y aviones, son "insuficientes" para drones bajos y pequeños, y resaltó "la urgencia de desarrollar tecnologías específicas inspiradas en las prácticas ucranianas con radares, sensores acústicos y métodos efectivos para derribarlos desde tierra", dado el desequilibrio económico entre el costo militar de defensa y la amenaza.

Propuso así un “muro antidrones” a desplegar a lo largo de las fronteras europeas con Rusia, con un objetivo de implementación en un año, y con financiación propia europea que se suma al gigantesco gasto del plan de rearme europeo. En consonancia con el cambio geoestratégico marcado por la estrategia Swift to Asia de EE.UU., Kubilius insistió en que Europa
"debe asumir plenamente su responsabilidad en defensa". Rechazó una escisión con la OTAN, que sigue cumpliendo su función como correa de transmisión militar entre EE.UU. y Europa, pero pidió fortalecer la capacidad europea de producción militar y mejorar la coherencia en compras y desarrollos para superar la fragmentación histórica de la industria militar europea, que duplica su supeficie desde 2021. Señaló que para 2035 se espera un gasto promedio del 3% del PIB europeo en "defensa", equivalente a 600.000 millones de euros anuales, pero advirtió que el desafío principal es la “ingeniería financiera” para movilizar esos recursos con rapidez, no sólo su mera disponibilidad.

"Pax Europaea"

Kubilius defendió la creación de una “Pax Europaea” que combine "fuerza disuasoria" con lo que ellos denominan como "valores democráticos", e insistió en la integración de Ucrania —cuya defensa y experiencia son vistas como vitales— y terceros países como el Reino Unido en programas militares europeos. Refutó la conveniencia de emitir nuevos bonos para financiar la industria militar y destacó que "la amenaza rusa se amplifica" porque el Kremlin temería "una Ucrania próspera y democrática", un horizonte lejano e incierto tras la guerra. Aún así, el comisario enfatizó que la estrategia europea debe contemplar escenarios no convencionales, "donde ataques con drones puedan ser tan mortíferos como ataques con cohetes", e instó a abandonar métodos tradicionales para afrontar "nuevas formas de agresión".

Por último, reiteró su intención de acelerar la producción y movilización de capital para garantizar la "autonomía europea en defensa", y reclamó a países con menos porcentaje del PIB destinado al gasto militar, como el Estado español, a que aumenten su participación, recordando que la frontera oriental europea "es clave para la seguridad de todo el continente".

"Preparación ciudadana"

Kubilius también destacó el rol de la "preparación ciudadana", poniendo a Finlandia, que ha reconocido "recortes dramáticos" para asumir el plan de rearme, como ejemplo de disposición elevada a "defender el país". En ese sentido, el comisario lituano apunta a la importancia de "construir una nueva mentalidad de defensa acorde con los riesgos actuales y las realidades geopolíticas".