El régimen marroquí mata a varios jóvenes durante el quinto día de rebelión juvenil
Más de 400 detenidos, cientos de heridos y al menos dos asesinados en las mayores protestas sociales del país en los últimos tiempos, impulsadas por el grupo 'GenZ 212' y la precariedad en sanidad y educación.

Al menos dos jóvenes fueron asesinados en la localidad de Taroudant (sur de Marruecos), cerca de Agadir, tras un supuesto "asalto colectivo" a un puesto de la gendarmería donde, según las autoridades marroquíes, la policía disparó a un grupo de jóvenes que habría logrado incendiar parte de la instalación y un vehículo. Los hechos marcan el episodio más grave en la ola de protestas sociales y revueltas que, desde el pasado sábado, sacuden Marruecos a iniciativa del colectivo anónimo GenZ 212, nacido en redes como TikTok, Instagram y Discord, y que ya ha movilizado a más de 130.000 jóvenes en cuestión de días.
Las movilizaciones, originadas tras denuncias de negligencias sanitarias y la muerte de ocho mujeres en un hospital público de Agadir, rápidamente se expandieron como la pólvora: exigiendo mejoras en sanidad y educación, un cambio de prioridades presupuestarias ante el gasto millonario en estadios para la Copa África 2025 y el Mundial 2030, y enfrentando la brutalidad policial de las fuerzas de Mohamed VI. Las protestas se han intensificado tras las duras cargas policiales y el uso de gases lacrimógenos, munición real y atropellos contra manifestantes en varias ciudades, según diversas ONG y testimonios locales recogidos en vídeo por medios internacionales.
Eslóganes como "No queremos Mundial, queremos hospitales" y critican corrupción, desempleo juvenil (35-47%) e inflación, priorizando inversiones en eventos deportivos donde se destinan millones en estadios sobre servicios públicos de calidad. La OMS calcula que en Marruecos, de promedio, hay solo 7.7-8 médicos por 10.000 habitantes, ante los 25 recomendados por OMS.
Durante la noche del miércoles, 1 de octubre, los disturbios se multiplicaron: en Salé grupos de jóvenes incendiaron bancos, vehículos policiales y comercios; en Marrakech atacaron comisarías y en el sur, regiones como Sidi Bibi y Biougra reportaron saqueos, cortes de carretera y edificios oficiales quemados. Por contraste, en Casablanca y Oujda las concentraciones permanecieron más tranquilas, con cánticos contra la corrupción, la carestía y la dimisión del primer ministro Aziz Akhannouch. En Oujda, un manifestante fue brutalmente atropellado. Vídeos difundidos en redes confirman gases lacrimógenos, munición real y atropellos.
El Ministerio del Interior contabiliza 23 civiles heridos solo el martes, aunque se sospecha que podrían ser más, y ha anunciado 409 detenciones —193 de las cuales ya han derivado en cargos por delitos como "incendio", "asalto" o "desórdenes"—, mientras organizaciones como AMDH y Amnistía Internacional denuncian detenciones arbitrarias, violencia policial y unas cifras de represión mucho más altas. Mientras, el movimiento GenZ 212 mantiene el llamado a la protesta, reivindicando derechos básicos y una mejora en las condiciones de vida.







Fotos: Mosa’ab @mosaaberizing (X)