Italia paralizada: huelga general por Palestina
Los sindicatos CGIL y USB convocan el paro y varias movilizaciones este viernes tras la acción israelí contra la Flotilla.

El principal sindicato italiano, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), junto a la Unión Sindical de Base (USB) y movimientos sociales, han convocado una huelga general este viernes, 3 de octubre, en respuesta al asalto militar israelí contra la Global Sumud Flotilla que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza. El paro afecta transporte, puertos, escuelas y servicios públicos en todo el país, entre otros, y cuenta con el respaldo masivo de miles de manifestantes de norte a sur, en medio de un clima de creciente indignación y conflictos con el Gobierno de Giorgia Meloni.
CGIL calificó el asalto israelí de "golpe al orden constitucional", "violación del derecho internacional" y denunció que el gobierno italiano, al permitir la detención de ciudadanos en aguas internacionales, "viola principios constitucionales y abandona a los trabajadores", mientras USB exige la ruptura total de relaciones con el Estado genocida de Israel. La central sindical alerta de una violación directa de la seguridad de los trabajadores y voluntarios y subraya el carácter internacionalista y solidario de la movilización, que supera el simple gesto diplomático y desafía la complicidad oficial con la ocupación y los crímenes en Palestina.
El paro, bajo el lema Bloqueemos todo, sucede en un ambiente caldeado con una oleada de protestas que cogió impulso durante la huelga nacional del 22 de septiembre, liderada por USB y otras centrales menores, que afectó a más de 80 ciudades. Las protestas se sucedieron en estaciones ferroviarias, puertos, plazas y universidades, protagonizadas por estudiantes, trabajadores y estibadores que desde hace semanas bloquean infraestructuras en solidaridad con Gaza y la flotilla.
En ciudades como Roma, Nápoles, Milán, Bolonia, Turín y Génova, decenas de miles de personas salieron a la calle tras la noticia del asalto a la Flotilla, y se han programado nuevas marchas multitudinarias y vigilias este viernes y sábado, junto a ocupaciones y cortes de servicios.
El gobierno de la fascista Meloni ha reaccionado con dureza: la primera ministra acusa a los participantes de “irresponsables” y ataca a los sindicatos por convocar el paro y, según sus palabras, “alargar el fin de semana y la revolución”. La respuesta sindical y social subraya la fractura entre la política institucional italiana y el sentir de los movimientos sindicales y sociales, que denuncian la complicidad y el silencio ante la masacre y la ocupación, reclamando al unísono la ruptura total con Israel y el apoyo a la lucha palestina.