Trump despliega a la Guardia Nacional en varias ciudades
Las órdenes de la Casa Blanca para enviar tropas a ciudades lideradas por demócratas enfrentan protestas, desafíos legales y fuerte oposición política

Este año el presidente estadounidense Donald Trump ha impulsado el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en distintas ciudades de Estados Unidos bajo la justificación de “combatir la guerra desde dentro”. Las primeras movilizaciones comenzaron en Los Ángeles en junio y se extendieron a Washington D.C. en agosto, para luego incluir ciudades como Memphis, Portland y Chicago, con planes para Nueva York, Baltimore, San Francisco y Oakland entre otras. Estas medidas se justifican bajo el pretexto de "la lucha contra el crimen" y "apoyar la deportación de inmigrantes indocumentados", principalmente en ciudades gobernadas por demócratas.
Sin embargo, las acciones han generado rechazo: gobernadores demócratas y alcaldes han expresado su indignación por considerar que Trump utiliza la militarización para fines políticos y para silenciar protestas. En California, el gobernador Gavin Newsom demandó al gobierno federal por la legalidad del despliegue, y un juez ordenó limitar la presencia militar en Los Ángeles mientras se resuelven los litigios. En Portland, un juez bloqueó el envío de tropas por considerarlo inconstitucional y una "amenaza a la soberanía estatal".
Pese a las críticas y litigios, la administración Trump extiende la intervención militar federal. En Memphis, se reforzó la unidad de policía y la Guardia Nacional, con decenas de arrestos reportados, aunque autoridades locales aprueban solo limitadas campañas con control estatal. En Chicago y Portland, la administración planea enviar entre 200 y 300 efectivos; sin embargo, las autoridades locales temen que estas intervenciones agraven tensiones sociales y políticas. El equipo de Trump califica estas operaciones como “terreno de entrenamiento” para el ejército en un contexto de “invasión” interna.
El despliegue ha generado preocupaciones incluso entre algunos sectores de las fuerzas armadas sobre el impacto en la moral y la preparación del propio ejército, así como sobre posibles violaciones de leyes federales que limitan el rol militar en tareas de orden público doméstico, como la Posse Comitatus Act. La controvertida acción de Trump alimenta protestas y enciende el debate público, mientras los litigios legale y la disputa política continúan sin visos de resolución.