José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores del Gobierno español, colaboracionista directo en el genocidio contra el pueblo palestino, ha celebrado la llamada “cumbre de paz” en Sharm el-Sheij (Egipto) calificándola como “un día de celebración” y ha destacado el “camino de esperanza” que abre el alto el fuego entre el Estado genocida Israel y la resistencia palestina. Albares destaca “el papel crucial” que habría desempeñado Donald Trump en la consecución de este acuerdo, felicitando asimismo a los mediadores de Qatar, Egipto, Turquía y Estados Unidos.

Sin embargo, ha defendido que Hamas fue excluida de la conferencia por considerarla una organización “terrorista”, según él, “incapaz de cumplir ningún papel en la futura gobernanza de un estado palestino” y ha afirmado que “no cree en la paz ni en la solución de los dos estados”. No ha hecho ningún comentario similar sobre la entidad genocida colonial de Israel, que sigue matando palestinos en mitad del “alto el fuego” y se extiende como un tumor maligno en tierras de Cisjordania (Palestina).

Albares ha insistido en “la necesidad de avanzar en la reconstrucción de Gaza y en la implementación de una solución que permita la coexistencia pacífica entre ambos pueblos”; uno de ellos convertido en bantustanes masacrados, y otro un fuerte apartado de Estado armado y sostenido por Occidente.

Además, el ministro del Gobierno cómplice del genocidio ha afirmado que “las responsabilidades” por crímenes en el conflicto siguen vigentes, omitiendo que él mismo es responsable directo, y que los procesos abiertos en tribunales internacionales, como el Tribunal Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, “deben continuar su curso”.

En su intervención, Albares ha puesto en valor la política exterior española en estos dos años de genocidio israelí en Gaza, que ha mantenido la compraventa de armas y suministros estratégicos con la entidad sionista.