En el Estado español, el mantenimiento de la red eléctrica se ha convertido en una de las profesiones más peligrosas para la clase trabajadora. En 2024, se contabilizaron 12.094 siniestros laborales en este sector, lo que equivale a 33 al día, o uno cada 45 minutos. De estos, 11.132 ocurrieron durante la jornada laboral y 962 fueron en trayectos al trabajo (in itinere). Aunque la mayoría fueron leves, hubo 118 incidentes graves y 16 mortales, superando ampliamente la media de mortalidad de todo el sector de la industria.

La precariedad laboral y la subcontratación por parte de grandes empresas como Endesa y Red Eléctrica son señaladas como las principales causas del alto número de siniestros. A menudo, los trabajadores, algunos de edad avanzada y con formación insuficiente, realizan jornadas extenuantes de hasta 12 horas en condiciones adversas sobre torres y líneas de alta tensión. La desinversión en prevención y la reducción de recursos agravan el problema, alertan desde CCOO.

Las empresas adjudicatarias de contratos mantienen políticas de licitación a la baja que limitan el aumento de precios y, en consecuencia, la inversión en seguridad. Esta lógica impide contar con personal suficiente dedicado a la prevención en campo. Por si esto fuera poco, los asalariados del sector dependen de las horas extras para completar sus ingresos, aumentando la exposición al reisgo en largas y agotadoras jornadas.