11.000 palestinos siguen encarcelados en prisiones israelíes
La detención administrativa masiva y prolongada de presos políticos palestinos, líderes incluidos, dificulta la representación palestina en cualquier proceso de negociación.

El Estado genocida de Israel mantiene en sus cárceles a más de 11.000 prisioneros palestinos, según datos del inicio de septiembre de 2025, el nivel más alto desde la Intifada de Al-Aqsa en 2000. Entre ellos, 3.577 son detenidos administrativos, encarcelados sin juicio o cargos formales por períodos renovables indefinidamente, y más de 400 son menores de edad. El número incluye 2.662 clasificados por Israel como “combatientes ilegales”, y 49 mujeres presas, algunas de ellas de Gaza. Después del último canje de prisioneros, algunos presidiarios palestinos han salido de las cárceles israelíes con miembros amputados y con severas secuelas de tortura.
Los presos políticos más destacados cumplen largas condenas, como Marwan Barghouti, líder de Fatah y la OLP, encarcelado por más de 23 años, y Ahmad Sa’adat, del Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP), con una condena similar. El exterminio o exilio de dirigentes de facciones de la resistencia como Hamas y Jihad Islámica, por su parte, también ha afectado la estructura política palestina, dificultando que gran parte del pueblo palestino puedan tener una voz visible y representativa.
Esta política de encarcelamiento masivo y de largo plazo busca debilitar el liderazgo palestino, fomentando la dependencia hacia actores internacionales y debilitando la capacidad de negociación. Organismos internacionales alertan que esta práctica vulnera derechos humanos y el derecho a la representación política legítima, denuncias que caen en saco roto ante el poder fáctico de Israel y EE.UU.