El Parlamento Europeo ha reforzado con urgencia sus recomendaciones para que los eurodiputados eviten el uso de WhatsApp durante sus viajes al extranjero y opten por la aplicación Signal, mucho más segura respecto a la privacidad. Los servicios de seguridad subrayan los riesgos de ciberespionaje vinculados a la app de Meta, recordando que, aunque WhatsApp cifra los mensajes, la plataforma recopila numerosos datos de usuarios y ha sido blanco de herramientas como Pegasus. Signal, por su parte, es una aplicación de código abierto gestionada por una fundación sin ánimo de lucro que limita la recopilación de datos y ofrece el cifrado más riguroso. 

Sin embargo, esta exigencia a los eurodiputados contrasta con la realidad política que transcurre simultáneamente en Bruselas: la Unión Europea está en proceso de aprobar la controvertida ley “Chat Control 2.0”, que pretende obligar a estas mismas plataformas, incluyendo Signal y WhatsApp, a escanear todos los mensajes de los usuarios, vulnerando en la práctica el cifrado de extremo a extremo y la privacidad.​

La recomendación a los diputados para que usen Signal en lugar de WhatsApp pretende proteger sus comunicaciones oficiales fuera del entorno controlado del Parlamento, donde se emplean Microsoft Teams y Jabber. No obstante, esta protección se vuelve un acto de hipocresía al contraponerla a una legislación que dejará indefensos a millones de usuarios frente al escaneo masivo de sus mensajes y archivos, según el texto actualmente en negociación en el Consejo. Esta paradoja evidencia una contradicción entre la práctica institucional y el discurso oficial sobre la protección de datos y la privacidad.

La situación de la ley Chat Control 2.0 en la Unión Europea es compleja y aún incierta. Alemania, el Estado miembro más poblado y clave para la aprobación de la normativa, mantiene una postura ambivalente. La presidencia danesa del Consejo, sin embargo, sigue comprometida a sacar adelante la regulación, por lo que se espera que la próxima votación se realice en diciembre de 2025. Esta norma generaría el escaneo obligatorio de todas las conversaciones en los dispositivos de los usuarios, lo que para los críticos supone una violación masiva de la privacidad.