Récord de hacinamiento en dos décadas: una de cada diez personas vive en hogares superpoblados
El auge de los precios y la falta de vivienda asequible empujan a 4,4 millones a compartir espacios mínimos; el supuesto "milagro económico español" contrasta con un deterioro en las condiciones de vida.

El Estado español vive un nuevo máximo de hacinamiento en veinte años. Según los últimos datos de Eurostat, 4,4 millones de personas residen en hogares “superpoblados”, es decir, con menos habitaciones de las necesarias según el número y la edad de sus habitantes. La cifra equivale al 9,1% de la población, el porcentaje más alto desde 2004, y muestra el impacto directo del encarecimiento de la vivienda y la dificultad de acceso a vivienda accesible frente a una demanda disparada.
El fenómeno crece en paralelo a un contexto de supuesta "expansión económica" —el PIB aumentó un 3,5% en 2024 y se prevé un 3% en 2025—, sobre todo impulsado por el aumento de población vía inmigración y el consumo interno. Sin embargo, el informe subraya “la otra cara del crecimiento”: mientras los indicadores macroeconómicos baten récords, cada vez más personas se ven obligadas a compartir pisos pequeños o vivir en condiciones precarias. La vivienda se ha convertido en un bien inaccesible, especialmente en alquiler, donde uno de cada cinco hogares sufre hacinamiento, frente al 5% entre quienes tienen vivienda en propiedad.
La desigualdad se acentúa por origen y edad. Entre la población extranjera residente en el Estado español, el 18,8% vive en situación de hacinamiento, una cifra que asciende al 23% para quienes provienen de países fuera de la Unión Europea. Entre la población con ciudadanía española, el porcentaje cae al 6,5%. Los más afectados son jóvenes y trabajadores migrantes, concentrados en grandes ciudades y atrapados en un mercado donde los alquileres han crecido un 40% en una década, muy por encima de los salarios.
Eurostat advierte de que el hacinamiento no solo muestra pobreza, sino que tiene efectos directos sobre la salud física y mental, así como sobre el rendimiento escolar. El Estado español sigue teniendo una tasa menor que sus socios comunitarios de París y Berlín, pero la tendencia ascendente preocupa a las organizaciones sociales.
Mientras el Gobierno español mantiene su apuesta por el "crecimiento" y la "atracción de inversión extranjera", el acceso a una vivienda de calidad continúa degradándose, y con él, la vida cotidiana de millones de personas que sostienen el llamado “milagro económico español”.