En Gasteiz (Araba, Euskal Herria) se celebró el pasado viernes una rueda de prensa masiva para denunciar la actitud violenta mostrada por la Ertzaintza el 12 de octubre. El lema del acto fue U12 jazartuak. Inpunitaterik ez! (Represaliados 12O. ¡No a la impunidad!). Entre las personas presentes se encontraba Aritz Ibarra, una de las personas heridas por la Ertzaintza durante las cargas en las que la policía vasca salió en defensa de la Falange. Tras la rueda de prensa, cuando Ibarra se dirigía con algunos familiares, varios agentes lo detuvieron y lo acosaron, informándole de que estaba siendo investigado junto con las personas detenidas el 12 de octubre.

Así lo explicó el propio Ibarra en la red social X:

“El viernes, después de la rueda de prensa de U12, la Ertzaintza se me acercó para comunicarme que estoy siendo investigado junto con las personas detenidas el 12 de octubre. Me separaron de mis familiares e identificaron a quienes se habían acercado o habían tomado fotos.”

Días antes, el vecino de Gasteiz, que se presenta como abertzale, había denunciado en esa misma red social que la Ertzaintza le había herido gravemente el 12 de octubre al dispararle en la cara con una pelota de foam: el impacto le fracturó la mandíbula, le arrancó un diente y le desplazó otros dos. Tras haber hecho pública esa denuncia, la policía lo volvió a hostigar, esta vez para comunicarle que él mismo estaba siendo investigado.

Represaliados 12O: ¡No a la impunidad!

En la concentración celebrada el pasado viernes en Gasteiz se señaló la “actitud violenta e irresponsable” de la Ertzaintza, así como la impunidad policial. Se informó de que la policía autonómica vasca había herido a unas 30 personas el 12 de octubre, durante las cargas en las que actuó en defensa de los falangistas.

Las personas reunidas lanzaron tres exigencias principales:

  1. Archivar las causas judiciales contra las personas detenidas aquel día.
  2. Abrir investigaciones internas dentro de la Ertzaintza, para que los excesos, negligencias y actos de violencia tengan consecuencias y los daños causados no queden impunes.
  3. El fin de la complicidad institucional con el fascismo y con otros discursos excluyentes.