Los ‘Visados de Oro’ apenas aportan al PIB pero disparan el precio de la vivienda en Europa
La migración de élite genera efectos económicos “insignificantes” y alimenta la especulación inmobiliaria en el Estado español, Portugal y Grecia.
Un exhaustivo análisis publicado en el Journal of Ethnic and Migration Studies sobre los programas de Residencia por Inversión (RBI) o Visados de Oro en la Unión Europea desmonta la narrativa que presenta a la migración de élite como "motor de prosperidad". Los datos, recopilados en varios estados miembros, revelan que, a pesar de movilizar miles de millones de euros, el impacto económico directo de este capital en las economías de cada estado es estadísticamente insignificante, además de generar efectos claramente negativos para la clase trabajadora local. Lejos de ser un beneficio, se reporta que tiene un efecto más que significativo en el encarecimiento de la vivienda, por ejemplo.
En el plano económico, el fracaso es rotundo. Programas como los de Reino Unido, Portugal y el Estado español, por ejemplo, han captado inversiones valoradas en miles de millones; sin embargo, su contribución al Producto Interior Bruto (PIB) del país es siempre inferior al 1%, llegando a casos en los que es negativo si se analiza a largo plazo, ya que, como menciona el artículo, el objetivo de gran parte de las personas que obtienen el visado a base de inversiones es hacer negocio.
Peor aún es su aporte a la Inversión Extranjera Directa (IED), el indicador clave de una inversión productiva. En el Estado español, los 'Visados de Oro' solo supusieron un 2.60% de la IED total entre 2014 y 2019, y en la República de Irlanda un mísero 0.32%. Estas cifras demuestran que los estados utilizan estos programas para tapar agujeros a corto plazo, sin generar un impacto macroeconómico relevante.
El verdadero y más dañino efecto de esta otra migración ultra-rica de la que tan poco se habla en los medios de comunicación se concentra en el sector de la vivienda. En este aspecto, más del 90% de los inversores en Portugal y el Estado español, y más del 85% en Letonia, optan por la inversión inmobiliaria. Este capital pasivo, orientado al lucro personal y no al desarrollo productivo, infla los precios y desplaza a la población obrera local.
El caso de Grecia es paradigmático: en 2018, la inversión a través de Visados de Oro representó aproximadamente el 36% de todo el mercado inmobiliario del país y un 72% de la inversión extranjera en el sector, con su subsecuente desestabilización e impulsando aun más el aumento del precio de la vivienda, que se ha visto incrementado en un 52% desde marzo del mismo año. La evidencia estadística pinta un cuadro claro: la migración de las élites económicas no impulsa la economía local, pero su capital especulativo sí socava las posibilidades de acceso a una vivienda asequible para una mayoría social.