El PKK abandona Turquía sin garantías
La organización kurda anuncia la retirada total de sus combatientes hacia Irak y entrega parte de su armamento. Ankara proclama una victoria política y mantiene intacto el aparato represivo contra militantes kurdos.
El conflicto más prolongado de Turquía entra en una nueva fase cargada de ambigüedades. Este domingo, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunciaba que retiraba totalmente sus fuerzas del territorio turco hacia el norte de Irak, culminando un proceso iniciado en mayo con la renuncia formal a la lucha armada tras cuatro décadas de enfrentamientos, según información revelada por Middle East Eye. En una declaración desde las montañas de Qandil, los dirigentes kurdos afirmaron que su decisión busca “sentar las bases de una vida libre, democrática y fraternal”, e instaron a Ankara a aprobar leyes que permitan su integración política.
El anuncio, saludado por el gobierno de Recep Tayyip Erdogan como una “victoria histórica para una Turquía sin terror”, se presenta en un contexto de tensiones políticas internas y de represión sostenida contra toda expresión de autonomía kurda . El portavoz del AKP, Omer Celik, dijo que una comisión parlamentaria comenzará a estudiar el marco legal para la “normalización”, aunque evitó precisar si incluirá una amnistía o la liberación de Abdullah Öcalan, el histórico líder kurdo que lleva 26 años preso.
En las regiones del Kurdistán dentro del Estado turco, donde las operaciones militares turcas continuaron incluso durante el anuncio de desarme, los residentes kurdos dudan de que Ankara esté dispuesta a transformar su política de represión en un reconocimiento real de derechos para su pueblo. Organismos internacionales recuerdan que el PKK sigue en las listas de "organizaciones terroristas" de la UE y Washington, lo cual dificulta cualquier inserción efectiva en la política institucional turca.