Las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán toman la capital de Darfur Norte
La ONU alerta de masacres, ejecuciones sumarias y violencia étnica a manos de paramilitares tras 18 meses de asedio.
El Fasher, capital de Darfur Norte en Sudán, ha sido capturada por las fuerzas paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tras un asedio de 18 meses, consolidando el control de un territorio importante en uno de los conflictos más sangrientos de la actualidad. La retirada oficial del Ejército sudanés fue anunciada por el jefe militar Abdul Fattah al-Burhan, que justificó la decisión por la destrucción sistemática y el asesinato de civiles en la ciudad.
Las RSF tomaron la base de la Sexta División de Infantería del Ejército sudanés, acabando con el último bastión militar en El Fasher. En esta localidad permanecen más de 250.000 habitantes bajo un asedio brutal que ha provocado masacres, detenciones arbitrarias y ataques a infraestructuras sanitarias, denunciados por la ONU y organizaciones médicas sudanesas. El uso del hambre como arma de guerra y la violencia étnica instrumental, especialmente contra la población negra, encienden las alarmas internacionales. El secretario general de Naciones Unidas António Guterres y el Alto Comisionado Volker Turk han advertido que existe un riesgo real de genocidio en Darfur, donde la población se ve obligada a los desplazamientos forzosos, a medida que se deteriora el acceso a alimentación y servicios básicos.
Esta caída añade otra página sangrienta a la guerra en Sudán, que desde 2023 enfrenta combates entre las fuerzas armadas y las RSF, con decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
Activos estratégicos
En Darfur, situado al oeste del país africano, hay vastas reservas minerales de oro, hierro y otros metales valiosos que generan riqueza y disputas por su control, además de infraestructuras petroleras y posibles reservas de crudo. A nivel interno del país, también son vitales los recursos hídricos y las tierras agrícolas que alberga en una zona semiárida donde la tierra cultivable es más bien escasa, por lo que se vuelve muy preciada para la supervivencia y la economía local. Ciudades como El Fasher y rutas de transporte cercanas representan nodos logísticos esenciales para el dominio político y militar de la región, así como para el acceso a la población y el control sobre la humanitaria. La combinación de estos recursos naturales, infraestructuras y posiciones clave convierte a Darfur en un escenario decisivo para las dos grandes facciones y sus aliados menores, que pugnan por el el control terriorial.
El tablero sudanés
Las RSF son un grupo paramilitar en Sudán, creado inicalmente por el gobierno en 2013 para combatir a los paramilitares en la región de Darfur. Para crear estas unidades, se valieron de las milicias Janjaweed, famosas por cometer actos de violencia étnica en la zona. Están comandadas actualmente por el general Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti.En abril de 2023 estalló un enfrentamiento las RSF y el Ejército de Sudán que rompió su alianza y desembocó en guerra abierta, debido principalmente a rivalidades sobre el mando del grupo paramilitar.
El grupo armado, que ha manifestado su intención de crear un Gobierno paralelo y una administración en las zonas que controla, cuenta con el respaldo directo de Emiratos Árabes Unidos (EAU), lo que levanta sospechas sobre una injerencia occidental interpuesta vía suministros y apoyo a proxys regionales como EAU, catalogado como aliado mayor no-OTAN de EE.UU. y socio preferente de la UE.
En Nairobi, Kenia, las RSF y sus aliados proclamaron un “Gobierno de Unidad y Paz” que se encargaría de administrar las regiones tomadas, en una iniciativa que ha tensado las relaciones entre el Gobierno de Sudán y Kenia.
El Ejército de Sudán, por su parte, liderado por el general Abdel Fattah al Burhan, es aliado de países como Egipto y Arabia Saudí, con los que ha reforzado lazos diplomáticos y militares. Además, se ha apoyado en las milicias sursudanesas para combatir a las RSF y a grupos aliados en zonas fronterizas. El Ejército también ha anunciado un "plan de Gobierno de transición" que incluiría un primer ministro civil y tecnócratas, pero no parece que las propuestas apaciguen a las RSF.
En el plano regional, estas alianzas tensan la situación en el Cuerno de África y el paso estratégico del Mar Rojo, donde Rusia también tiene intereses renovados, especialmente con planes de reubicar sus bases navales de aguas cálidas en costas sudanesas para mantener su posición geopolítica en Oriente Medio tras la caída de Bashar Al-Assad en Siria. Irán también ha estrechado vínculos con el Gobierno de Jartum, buscando ampliar su presencia en el Mar Rojo, multiplicando así el número de jugadores regionales y mundiales que condicionan el conflicto que asola al país.