Casi 100.000 hombres ucranianos de entre 18 y 22 años han abandonado el país en los dos últimos meses, según datos de la Guardia Fronteriza de Polonia recogidos por The Telegraph. El flujo migratorio se disparó tras la decisión del presidente de facto Volodimir Zelensky de relajar las restricciones de salida para los jóvenes en edad de reclutamiento, en vigor desde finales de agosto. Desde entonces, 98.500 ucranianos han cruzado la frontera polaca —principal vía de escape del país eslavo—, el doble que en los ocho meses anteriores.

El cambio de normativa llega en medio de una crisis de efectivos en el ejército ucraniano, después de más de tres años de guerra y entre 60.000 y 100.000 soldados muertos por lo menos, según estimaciones del Centre for Strategic and International Studies de Washington. Kiev ha reducido de 27 a 25 años la edad de reclutamiento obligatorio y permite viajar al extranjero hasta los 23, con el objetivo —según el Gobierno— de "frenar la salida temprana de jóvenes y animarlos a regresar como voluntarios". Sin embargo, las nuevas generaciones ucranianas no parecen querer ir al frente y huyen en masa hacia sus países vecinos y Europa Occidental.

A esto se suma la crisis interna ucraniana del reclutamiento forzoso, que acumula numerosos casos de incidentes violentos reportados en redes sociales que muestran resistencia de la juventud contra los reclutadores que tratan de llevárselos al frente por la fuerza. Los episodios, escasamente cubiertos por medios y agencias occidentales, son difíciles de confirmar. Sin embargo, el material audiovisual disponible al respeto es abundante.

“No nos interesa que los jóvenes ucranianos pasen su tiempo en Alemania en lugar de defender su país”

En Alemania, los datos del medio bávaro BR24 indican que el número de ucranianos de 18 a 22 años llegados cada semana ha pasado de una veintena a más de 1.800 solo en octubre. La situación ha generado tensiones políticas: el canciller Friedrich Merz, mientras apoya con firmeza seguir mandando armamento a Kiev, ha prometido endurecer las políticas migratorias para evitar que los ucranianos lleguen en masa a Alemania, mientras el partido fascista AfD exige suspender las ayudas a los ucranianos y cortar el apoyo militar a Ucrania. Jurgen Hardt, portavoz de política exterior de la CDU, declaró a Politico: “No nos interesa que los jóvenes ucranianos pasen su tiempo en Alemania en lugar de defender su país”.

Mientras tanto, Estados Unidos ha anunciado una reducción de su presencia militar en las fronteras de la OTAN con Ucrania. Aunque el Comando del Ejército estadounidense en Europa y África niega que se trate de una retirada o de un menor compromiso con el artículo 5, el anuncio ha sido interpretado como un signo de desgaste en el apoyo occidental al esfuerzo bélico ucraniano, justo cuando el frente militar y la moral del país muestra sus mayores síntomas de agotamiento desde 2022.