Más de 30.000 personas llenaron este martes el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona (Catalunya) en el partido amistoso entre las selecciones de Catalunya y Palestina, convirtiendo el evento deportivo en otra muestra de solidaridad internacional con el pueblo palestino. Organizadores de ACT X PALESTINE explican que la recaudación se destinará íntegramente a “ayuda humanitaria y reconstrucción en Gaza, justicia y fin de la impunidad”, así como en “la cultura como forma de resistencia”.

El evento deportivo ha sufrido intentos de boicot por parte de las instituciones catalanas, pero aún así ha logrado que el partido se celebrara ante miles de asistentes. Las autoridades habían rechazado inicialmente ceder el estadio alegando “motivos económicos” y cuestionando la asistencia del público. Sin embargo, la presión social, con el apoyo del futbolista Oleguer Presas, entre otros, acabó forzando al Govern a autorizar el acto en la capital y su retransmisión por 3Cat.

En la previa del partido miles de personas marcharon hacia el estadio con proclamas en favor de la liberación de palestina, contra el genocidio y el sionismo. Desde la Organització Juvenil Socialista (OJS) de Catalunya desplegaron una pancarta con el lema Amunt la resistència palestina (Adelante la resistencia palestina).

Segundo partido de Palestina con selecciones europeas

El partido representa un hito histórico: después del partido de Bilbo (Bizkaia, Euskal Herria) es la segunda vez que Palestina juega con una selección europea desde el inicio de la ofensiva genocida en Gaza y desde su reconocimiento por la FIFA en 1998. La Federación Palestina de Fútbol ha denunciado que 421 futbolistas palestinos han sido asesinados durante la ofensiva genocida, incluidos 103 menores de edad y leyendas como Suleiman al-Obeid, conocido como el “Pelé palestino”.

El evento pone de manifiesto la creciente movilización contra el genocidio, convirtiendo el espacio deportivo en otro frente de lucha contra el sionista. La asistencia masiva demuestra que la solidaridad con Palestina traspasa fronteras y disciplinas, mientras las instituciones continúan intentando contener la causa palestina y los movimientos sociales y políticos desbordan los marcos establecidos por los gobernantes.