La sala Guss Club de Madrid albergará un concierto neonazi
El dueño lo justifica y equipara el acto fascista con eventos LGTBI: "Como si es un grupo gay o de lesbianas".
Una sala de conciertos del barrio madrileño de Tetuán, Guss Club (avenida de Brasil 17), acogerá este fin de semana un encuentro de bandas neonazis organizado de forma discreta tras los actos fascistas del 20N. La información, adelantada por Público y Sistema 161, señala que el evento no figura en la programación oficial del local, lo que indica que los organizadores han alquilado la sala para evitar difusión pública y limitar el escrutinio del movimiento antifascista y los medios de comunicación.
El cabeza de cartel es el grupo Klan, cuya música proclama abiertamente consignas nazis —como "Si ser nazi es un delito, yo soy criminal"— y que ha llamado a “cantar juntos por lo que nos une” en mensajes difundidos en Instagram. En sus posts, la banda nazi cita a organizaciones fascistas como España 2000, Núcleo Nacional, Falange Española de las JONS y Devenir Europeo, lo que se perfila como un punto de encuentro de militantes fascistas en una fecha señalada para el fascismo español. También participará Marceliano, otro grupo neonazi madrileño. La formación italiana Sumbu Brothers canceló su asistencia alegando “problemas con la justicia italiana”, según comunicaron en Facebook.
👉Todos estos empresarios que no son ni de izquierdas, ni de derechas, que su única ideología es el dinero acaban dando espacio a neonazis luego se quejan cuando se ven retratados. https://t.co/69LOTCE8BC pic.twitter.com/7ADUzULhJm
— Sistema 161 (@Sistema_161) November 21, 2025
El líder de Klan, José Ignacio Vega Peinado, ex candidato de España 2000 y ex militante de Vox en Toledo, acumula antecedentes por violencia fascista. Tal como recuerda Público, fue condenado en 1992 a cuatro años de prisión por agredir a un profesor de la Universitat de València, causándole una lesión permanente. En declaraciones al portal neonazi Bombardero Webzine, Vega reivindica su pasado "skin" neonazi y normaliza la violencia fascista, que describe como “momentos de violencia semanal con camaradas en el hospital” y “varios años de cárcel”.
"Un evento como cualquier otro"
Consultada por Público, la dirección de la sala aseguró "desconocer" el carácter del evento y afirmó que alquila el espacio “como si es un grupo gay, de lesbianas, de izquierdas o de derechas”, equiparando una actividad de propaganda neonazi con eventos sociales o culturales ordinarios de la comunidad LGTBI. La empresa sostiene que, “mientras se cumplan las normativas y licencias, considera el concierto un evento como cualquier otro”.